Identikit de los infieles
Pero, ¿qué es lo
que lleva a hombres y mujeres a estas situaciones? ¿Son los problemas sexuales
en la pareja un desencadenante de la infidelidad?
En la mayoría de los casos es así aunque muchos lo niegan. Estos últimos -que disminuyen el valor de lo sexual- tal vez piensen en una idea simplista de lo que la sexualidad significa y de lo que verdaderamente dicen las personas cuando dicen tener “buen sexo”.
En general se refieren a tener
relaciones formalmente correctas y hasta orgásmicas, pero hay algo que va
carcomiendo lenta e inadvertidamente la relación, que es el desapasionamiento,
lo que lleva al aburrimiento mutuo.
Las relaciones extramaritales, por el contrario, exhiben como denominador común
el apasionamiento personal y sexual. Esto es lo que habría que lograr, o mejor
dicho, no perder, en las relaciones estables: mantener viva la pasión.
Aún considerando a los factores
sexuales como promotores de las aventuras, hay diferencias entre las
motivaciones de los hombres y de las mujeres. Los hombres tienden a buscar
emoción y variedad sexuales y las mujeres, compensación emocional.
¿Son estas relaciones extraconyugales, combustible para mantener viva la pasión
conyugal?. Esto ha sido ampliamente discutido, pero básicamente digamos que no
podemos poner la solución y mantenimiento de la llama de una pasión, en una
relación con otro.
Pero lo que sí es también cierto es que en muchos casos en que persisten las
situaciones paralelas, éstas se dan como una aceptación tácita por ambas partes,
para el mantenimiento de una vida familiar, sin modificaciones en lo formal.
Además de estas consideraciones en lo que respecta a aventuras extraconyugales,
no podemos dejar de hablar de la enorme diferencia que existe al respecto entre
hombres y mujeres.
Estas relaciones son para los hombres, no sólo aceptadas en la sociedad, sino
que en algunas ocasiones, hasta se promueven. En cambio, para las mujeres hay
una gran condena social, lo que hace que las mismas, lo vivan con gran
culpabilidad, y a veces esto las lleva a romper la relación, cosa que no sucede
con los hombres.
Además los hombres tienden a sospechar menos de la posibilidad de que sus
esposas puedan haber tenido actividad sexual fuera del matrimonio, mientras que
las mujeres casadas muestran un grado más alto de alerta ante esta situación.