María Laura está separada hace 8 años. Fue ella quien dejó el hogar conyugal. Tardó 4 años en persuadir al marido de tramitar un divorcio de mutuo acuerdo, pero con la condición de tratar en ese momento el tema de la liquidación de la sociedad conyugal.
Su ex marido desde hace 8 años usufructúa en forma exclusiva un departamento de u$s 100.000.- mientras ella paga alquiler. Le pide, le suplica, que vendan ese bien y le dé la mitad que le corresponde y él siempre encuentra excusas para dilatarlo.
Puso un abogado para que negocie el tema y lleva un año conversando y sin obtener resultados.
Beatriz está separada de hecho hace 10 años. También fue ella quien hizo abandono del hogar conyugal. Desde entonces pagó alquiler durante varios años y actualmente vive con su madre, no porque lo desee, sino porque los números sino, no cierran.
Tiene un hijo adolescente. El padre jamás pagó alimentos ni tampoco aceptó tramitar el divorcio y vender la casa. Le hizo creer que ella era la culpable y que no tenía derecho alguno.
Lamentablemente no se había encontrado hasta con ningún abogado que le dijera que eso no es así y que tiene mil alternativas legales a su alcance si quiere modificar esta situación crónica que la abruma, la hace sentir abatida y triste.
Su abogado viene negociando desde hace demasiado tiempo el divorcio y la división de bienes. No logra ningún acuerdo y lejos de tomar otro camino, la asusta a su clienta, pintándole un futuro negro, porque ella abandonó el hogar conyugal.
Ambas llegaron a mí para tener otra opinión y saber realmente cuáles eran sus derechos (si es que los tenían).
Me dí cuenta que a las dos, después de escucharlas, les respondí:
– Acá hay que patear el tablero. Si todo lo que hiciste hasta ahora no dio resultado, hay que ir por una vía diametralmente distinta…y tus derechos son estos, estos y estos…y los podés ejercer haciendo esto, esto y lo otro…
Grande fue la sorpresa de mis consultantes cuando se enteraron de que tienen derechos patrimoniales, que nos perdieron por haber sido ellas quien dejó la casa y que en realidad se encuentran paralizadas en el tiempo sin haber tomado los caminos que las distintas situaciones ameritaban, por la culpa que sentían al haber tenido la osadía de dejar al marido.
Eso es lo que les impidió actuar hasta ahora. Eso es lo que le hizo creer lo que sus ex le dijeron y lo que hizo que se encontraran con abogados demasiado pasivos.
La estrategia que les sugería a cada una no es la misma que hubiera sugerido si estuvieran recién separadas, pero si pasaron tantos años y todo está igual, deben dejar de hacer más de lo mismo (en algunos casos dejar de no hacer) y accionar judicialmente por varios frentes.
Apuesto a que si se animan a patear el tablero, obtendrán resultados distintos…
Nota: en el caso mencionado en primer lugar, mi clienta se animó a patear el tablero: la casa ya está en venta con dos inmobiliarias y el ex marido ya está abonando un valor locativo hasta que se venda…!
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