Es una
pregunta de difícil solución. La sensación de desánimo, de impotencia, de
inseguridad se apodera de uno. La primera infidelidad es como la pérdida de la
inocencia y deja cicatrices difíciles de curar: puede que la relación nunca
vuelva a ser la de antes.
Pero no
siempre para mal. A veces el desliz o la aventura da pie para construir una
relación más sincera. Para ello el “arrepentido” debe evitar cualquier contacto
con el amante y adelantarse a responder todas las preguntas que le haga su
pareja.
El
miedo a perdonar
El temor de
muchas personas es el de perdonar y luego que se vuelva a repetir la situación.
A algunas personas les gusta por naturaleza sentirse con la capacidad de
conquistar y necesitan continuos devaneos.
A veces deciden terminar con la
historia cuando se dan cuenta de que su unión vale mucho más. Incluso aunque no
den importancia a sus constantes flirteos, si ven el dolor que causan pueden
cambiar.
Para que una
relación vaya bien debe haber una correspondencia entre lo que ofrece y lo que
recibe cada uno. Es como una llama que no se puede apagar. Un dato importante es
que solo el 10% de las personas que dejaron a sus parejas por otras continúa
indefinidamente con ellas.
Cuando se acaba el embrujo de lo prohibido y se
instala la rutina, se suelen reproducir los mismos roces que se tenían.
Muchas veces creemos que las parejas, así como inician,
se van a mantener. Sin embargo, tal como el ser humano va cambiando a través de
la vida, la pareja también va pasando por etapas. Lo sano sería tratar de crecer
más o menos juntos. Cuando se presenta una infidelidad, es
La crisis no
siempre es sinónimo de ruptura, y la prueba más contundente de ello es que
muchos hombres y mujeres logran superarlas. Lo fundamental es el deseo de
hacerse bien estando juntos.
Los motivos que ponen en peligro la continuidad de una pareja pueden ser casi
infinitos, sin embargo, hay algunos factores que son más recurrentes: problemas
económicos, conflictos con la familia de origen de uno de los dos, fantasmas en
torno a la infidelidad, crisis con el o la ex y frustración por no haber podido
transformar la personalidad del compañero/a.
Este último desencadenante es digno
de un capítulo aparte, pues una relación que se inicia sin que el hombre y la
mujer que la integran se acepten tal cual son, no tiene un buen pronóstico
¿Ser infiel o
no serlo? Esa es una pregunta que todos nos hacemos antes de serlo con nuestra
pareja. Una vez superado esto ¿realmente somos infieles por placer o por
necesidad. ¿Pero realmente la infidelidad sacia estas necesidades?
Eso depende
realmente de cada persona, hay gente que con un poco de infidelidad ocasional
tiene suficiente (y mas si es puro sexo) pero pocas veces se repite con la misma
persona (…si te he visto no me acuerdo).
Valores
importantes en el matrimonio
Según ciertos
estudiosos del matrimonio, antes de los años 60’s no se hablaba mucho de
comunicación en el matrimonio. A partir de entonces, los consejeros
matrimoniales y psicólogos comenzaron a hablar de la importancia de la
comunicación en el matrimonio, haciendo de ella el soporte principal donde
descansaba el éxito matrimonial.
Los diferentes libros y artículos escritos de
esa época hacia acá son los mejores testigos de eso. Por supuesto que se hablaba
de otras cosas, pero casi todas alrededor de la comunicación en pareja.
Sin embargo,
cuando se refiere al matrimonio, la comunicación es sólo uno de los aspectos
importantes para que un matrimonio tenga éxito.
Primero que
nada, después de que la pareja se ha comunicado tiene que venir un compromiso.
El compromiso que se adquiere cuando dos personas negocian un asunto y llegan a
un acuerdo. El compromiso de no regresar atrás y respetar los acuerdos hechos.
·
Respeto. Ya se mencionaba el respeto al compromiso adquirido. Pero es prudente
mencionar también el respeto entre sí. Respetarse es venerarse, tener
consideración y amabilidad, obsequiarle a la pareja atenciones y delicadezas,
cuidar su lenguaje. Es aceptar al cónyuge tal y como es, sin críticas ni quejas.
·
La
ayuda mutua. Ayuda mutua es la cooperación en todo, en las buenas y en las
malas, en la enfermedad y en la salud, en la pobreza y en la abundancia, en las
labores del hogar y en la educación compartida y comprometida a sus hijos, en la
disciplina y en la educación en la fe. A través de la ayuda mutua la pareja se
complementa, se integra, progresa, se perfecciona y alcanza la felicidad que
tanto anhela.
·
La
fidelidad. La fidelidad no es fácil. Se podría pensar que la fidelidad es sólo
el hecho de un nuevo amor de parte de uno en la relación. Esta es sólo una forma
de infidelidad, porque se es infiel cuando no se respeta el compromiso que se
hizo al contraer matrimonio. Se es infiel cuando por negligencia no se le dedica
el suficiente tiempo al cónyuge o a los hijos. Se es infiel cuando los amigos o
las amigas personales tienen el primer lugar sobre el cónyuge o los hijos. Se es
infiel cuando sólo amo con un amor condicionado a ciertas exigencias para mi
conveniencia.
·
La
humildad. La humildad simple y sencilla que lleva a los esposos a preocuparse
más de sus deberes que de sus derechos. Gastarse y desgastarse por hacer feliz a
su pareja.
·
La
paciencia. La paciencia lo salva todo. Impide a los esposos irritarse ante sus
debilidades, y los lleva a amarse hasta en sus defectos. La paciencia es la base
del crecimiento personal y de pareja.
·
La
confianza. Es de suma importancia que en la pareja haya una confianza absoluta.
No se oculten nada. Que no haya sombras que den paso a los malos entendidos. No
acumulen resentimientos ocasionados por la desconfianza. Es mejor aclarar todas
las dudas, para que cada nuevo amanecer sea claro y brillante.
·
La
Libertad. La libertad se entrega por amor, y por amor a la libertad nos atamos
al matrimonio. Es importante no esclavizar al cónyuge, dejándole libre para que
crezca como ser humano. No la domines, ámala.
·
Debe
ser consecuencia de un gran amor. Es ahí donde se descubre el misterio de la
sexualidad, en el amor de los esposos. El acto sexual es una manifestación de
amor que sobrepasa las limitaciones de las palabras. Una manifestación que
expresa el amor, el afecto, la unidad que un esposo y su esposa deben compartir
en medio de todas las responsabilidades y trabajos de la vida diaria. Dios creó
al acto sexual como una bendición para el matrimonio y una fuente de gozo para
el hombre y la mujer.
·
Responsabilidad. Ser responsable no es únicamente llevar al hogar lo necesario
para cubrir las necesidades materiales.
·
El amor. No es por
ser menos importante que se ha puesto de último. El amor es lo que da sabor a
todo lo demás. El amor es el vehículo que hace que todos los elementos
anteriores entren en relación en la vida matrimonial. Es el que da sentido y
valor al matrimonio. Si no hay amor, todos los otros valores se desmoronan y el
matrimonio se termina.
¿Quieres conocer los Pasos
para Encontrar a la Pareja Perfecta?
Inscríbete ahora en nuestro curso gratis,
imprescindible para todo el que
busca pareja
sin encontrarla, haciendo
clic
aquí.