Cómo conquistar mujeres en el metro

 Acercarse a una desconocida por la que usted se siente físicamente atraído, en cualquier situación, requiere de mucha valentía. Pero si piensas que eso suena aterrador, intenta acercarte a las mujeres en el metro a las 8 de la mañana un lunes...

Cómo conquistar mujeres en el metro


 

  


 

Por suerte para nosotros, en el año 2012, de acuerdo con las perspectivas en la era de las redes sociales y las citas por Internet, la mayoría de la gente simplemente tiene que completar un pequeño perfil, incluir una foto y describir sus gustos para satisfacer su necesidad de contacto humano.


Pero la facilidad que Internet le aporta a las citas tiene un costo. De repente, imaginarse hablando con alguien mientras está haciendo la fila para tomar un café, o en metro, se convierte en una tarea equivalente a saltar de un avión sin paracaídas.

Dejando los nervios de lado, su día mejorará notablemente si usted tiene una conversación con una mujer bella sobre el precio del desayuno en la cafetería.

Pero si todos saben esto, y tienen demasiado miedo como para intentarlo, ¿entonces quiere decir que estamos complicados? ¿Es realmente tan difícil preguntarle a una mujer desconocida sobre lo que está leyendo?

He salido con chicas que he conocido un día antes, pero nunca he salido con alguien que hubiera conocido en el transporte público. Hoy en día parece tan bueno como cualquier otro método.

En el metro viajan cientos de miles de mujeres solteras a diario, por lo que me imagino que esto debería ser una tarea fácil.

Si puedo entablar conversaciones con mujeres hermosas y exitosas una y otra vez en un recorrido que sólo termina cuando el metro se detiene, no hay muchas chances de fracasar.



Si la ley de promedios es cierta, esto debería ser como pescar en un barril. O como pescar mujeres en un metro apretado en el que no se pueden mover, si usted prefiere.

¿Qué hora es? Aproveche el tiempo



Con mi mejor camisa, pantalones ajustados y recientemente afeitado, subo a mi primer metro. Miro a mi alrededor, tratando de identificar no tanto a las personas, sino los distintos puntos y cómo actúa la gente mientras viaja.

Miro las caras y las miradas de mis compañeros de viaje, pensando en lo difícil que podría resultar esto en realidad, teniendo en cuenta que nadie quiere estar aquí, y nadie quiere ser molestado mientras espera llegar a su destino.

Captar el interés de la otra persona tiene que ser una actividad veloz en este entorno. No es como en un bar, en donde usted tiene unos 30 minutos para planear cómo acercarse a la persona que ha estado mirando.

Aquí hay un límite de tiempo, así que no puede darse el lujo de perder el tiempo dudando. Me siento, e intercambio lo que yo creía que era una tercera mirada con la chica sentada a mí lado leyendo una revista.

Suelo obtener buenos resultados cuando soy un tanto provocativo cuando coqueteo, así que miro a mis pies como si no me importara su respuesta, y digo lo siguiente:

"Dios, eso se ve aburrido".

Mantenga la cabeza hacia abajo, con la esperanza de obtener una respuesta como, "¿y qué sabes sobre lo que me gusta?", lo que sería el comienzo de una conversación que definitivamente terminaría con un intercambio de nuestros números de celular.



Pero no me han dicho nada. Silencio. Mi orgullo me impide levantar la cabeza. Ella ni siquiera ha amenazado con responder.

Me sacudo el orgullo, levanto la cabeza, pongo los codos sobre las rodillas y miro, con una mirada fresca y arrogante que pensé que podría funcionar. Pero ella se levanta y camina alejándose de mí, dándome un pequeño golpe con el abrigo. Necesito una nueva estrategia.

Mostrarme un poco engreído siempre me ha dado resultados, porque tengo un aspecto agradable y poco amenazante. Tomo un diario del asiento de al lado. Este es el metro número dos, ya que obviamente no podía quedarme en el anterior.

Tomo asiento junto a alguien que me dedicó una mirada cuando se abrieron las puertas del metro. Abro el diario en la parte en donde hay anuncios de los distintos espectáculos.

Abro bien el diario, para que ella pueda ver lo que estoy leyendo, inclinándolo hacia su lado para que pueda ver. Misma técnica, diferente posición de la cabeza.

"¿Este está bueno?" Le digo a mi confundida interlocutora.

No giro la cabeza ni señalo un espectáculo específico. "Lo siento, ¿me estás hablando a mí?" me responde. "Sí, así es. ¿Viste este espectáculo? Puede ser que vaya", le digo sin mirarla aún.

Tenemos que iniciar una verdadera charla antes de voltear la cara. Ella no se muestra ni dispuesta a aceptar mi charla ni a rechazarla. Simplemente algo interesada y un poco preocupada de que pueda estar un poco mal de la cabeza.

"¿Siempre habla de cualquier cosa con extraños?"

Sí, me imagino que usted está pensando lo mismo que yo, ¿no? Ya estoy ahí, a ella le gustan las bromas, y disfruta de burlarse un poco de los demás. Ya me imagino haciéndonos cosquillas en la cama.

Sonrío para mis adentros, y volteo esperando encontrarme con una sonrisa y una mirada cómplice. Pero este no fue el caso, ya que me dí vuelta justo a tiempo para verla ponerse el segundo auricular de su iPod en el oído.

Ser atrevido no funciona en el metro, un lugar en el que las personas leen novelas aburridas y las parejas viajan tomadas de la mano.

Generar una variedad de accidentes intencionales es un procedimiento estándar para desarrollar en condiciones de hacinamiento, pero nunca las había visto como una oportunidad de aprender.

Es lo único que puede llegar a generar algún tipo de interacción en situaciones como ésta, aunque sólo sea una disculpa nerviosa del tipo de "Oh, lo siento," por lo menos es algo.

Estoy parado en un metro repleto, agarrándome de una barra, preparándome para viajar, y parece que una mujer bella tiene la mano dos centímetros por debajo de la mía, apoyada en la barra. Yo miro hacia otro lado, y "sin querer" pongo mi mano sobre la suya.

Rápidamente la saca de abajo de la mía. Inclina su cabeza hacia mí. Yo, obviamente, retiro mi mano a toda prisa y le pido disculpas. "No te preocupes, no hay problema", responde ella, volviendo la cabeza hacia la ventana.

"Igual, fue un poco incómodo" digo yo, antes de que tenga la oportunidad de acomodarse. Ella se vuelve hacia mí y se ríe de mi observación.

Me contengo de tirar comentarios del estilo de: "Pero fue la acción más importante que he tenido en mucho tiempo", y simplemente llevo a cabo una alegre conversación sobre cómo se llena el metro en la era pico.

Sin importar cuál sea el tema, a la gente le gusta hablar cuando se siente cómodo con la conversación.

Intercambiamos nuestros números de teléfono y nos pusimos de acuerdo para ponernos en contacto.

Me hubiera gustado intercambiar nuestras cuentas de Facebook, pero estábamos en el metro, así que no quería arriesgarse a no encontrarla cuando tuviera suficiente señal en el teléfono como para buscarla.

Usted puede conocer a cualquier persona, en cualquier momento, esté donde esté, siempre y cuando usted rompa el hielo con cuidado y encuentre algo de qué hablar.

A todos nos gusta hablar, compartir y discutir cosas, por lo que de vez en cuando es importante recordar que esto es posible sin la ayuda de una computadora.

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