Habitualmente tenemos metas que buscamos alcanzar, vivimos en un constante intento de lograr aquello que deseamos, pero en general no seguimos un modelo sistemático que nos facilite este recorrido y por lo tanto solemos eludir puntos fundamentales.
Existen etapas, con ciertas características propias, que de ser seguidas correctamente hacen más sencillo el camino hacia nuestras metas, aumentando las posibilidades de llegar con éxito.
Para esto deben precisarse con exactitud el objetivo, los problemas, los recursos y los planes.
1- El objetivo: Se debe saber específicamente que se quiere. Es útil preguntarse “¿Qué quiero lograr concretamente?”
Conseguirlo deberá depender de nosotros, si planteamos como objetivo algo que está fuera de nuestro control personal o depende de otra persona difícilmente tendremos
éxito, y en caso de tenerlo será mayormente fruto de la casualidad.
Es de gran ayuda definir aquello que queremos en términos sensoriales, para esto podemos preguntarnos “¿Qué veré, escucharé y sentiré cuando lo logre?”
Cuanto más acabada sea la imagen mental que recreemos sobre nuestra meta mejor. También servirá pensar “¿Dónde, cuándo y con quién lo lograré?” De este modo definimos el contexto.
2- El Problema: En este punto nos centramos en todo aquello que actúa como una interferencia en nuestro camino, es necesario saber que es lo que nos detiene para poder hacer algo con ello, entonces podríamos formular estas preguntas “¿Qué me impide lograr mi objetivo?” “¿Cómo se desencadena el impedimento?” “¿Gano algo si no consigo lo que busco?”
Es muy importante ser sinceros con nosotros mismos, ya que muchas veces los impedimentos no son otra cosa que barreras imaginarias, límites que nos pusimos nosotros mismos.
3- Los recursos: Todos contamos con ciertos recursos, pero puede ser que necesitemos otros que no poseemos para alcanzar nuestra meta, de ser así recuerde que hay un recurso que siempre está a nuestra disposición, y es la capacidad de aprender. Las preguntas ha realizarse aquí son “¿Qué recursos necesito?” “¿Cuáles tengo?” “¿Necesito algo para superar mis impedimentos?”
Una vez que sabemos con que contamos y con que no, conseguir los recursos que nos faltan será una meta previa al objetivo principal. Recuerde que esta es una categoría general, tenemos en cuenta todo aquello que pueda sernos útil, ya se trate de recursos económicos, sociales, habilidades, conocimientos, etc.
4- El plan: Es fundamental el diseño de un plan de acción, paso a paso, que nos permita llegar a buen término. Si eludimos esta etapa es muy posible que nos sintamos paralizados, sin saber bien que hacer o por donde empezar, lo cual puede desanimarnos a pesar de ser algo de fácil solución.
Es de gran utilidad programar varias formas de lograr nuestro objetivo y luego compararlas y elegir aquella que consideremos mejor.
Seguir uno a uno estos cuatro pasos puede parecer algo engorroso al principio, pero si lo intenta podrá ver usted mismo cómo puede facilitarse el recorrido que lo conduce a sus objetivos.