Acercarse a Roma, es como acercarse a los dioses antiguos. Atenas, Venus, o
Marte, son algunos de los varios dioses que protagonizaron todas las historias
que se cuentan sobre el área donde hoy se encuentra la ciudad.
Roma posee una combinación exacta de antigüedades y estructuras medievales, que
conviven junto con las más modernas construcciones. Conocida como la ciudad
eterna, uno puede llegar a comenzar a comprender este apodo tan sólo si camina
sus calles.
Como en cualquier otro caso, nunca es fácil decidir si se querrá tomar un tour o
bien recorrerla por sí mismo. Si bien realizar un tour puede ser más costoso,
podrá ahorrarle tiempo de recorrido, proveerle una mayor seguridad, y hacerlo
acceder a lugares que de otra forma tal vez desconocería. Además, uno también
tiene la opción de combinar estos recorridos con sus propios viajes, durante las
horas libres que se le proporcionan durante el día.
En
el caso de que opte por dirigirse solo, debe tener en cuenta que el aeropuerto
no está cerca de la ciudad. Un taxi desde el aeropuerto de Roma hasta un hotel
céntrico de la ciudad, le costará cerca de 45 dólares. Aún así, siempre conviene
convenir el precio antes de subirse al taxi.
En
el caso de que viaje por sí mismo, también podrá arreglar fácilmente
incorporarse a alguna salida organizada, tan solo consultando con el conserje
del hotel. Aquí, podrá optar por visitar el destino que más le interese, junto
con aquellas personas que también deseen dirigirse a ese lugar geográfico.
Para permanecer y conocer bien Roma, es muy importante tener un hotel en el
centro de ciudad. Una buena pregunta para hacerle a los conserjes es “¿puedo
dirigirme caminando a los Pasos Españoles?”. Si le contestan que no, busque otro
lugar. Sin embargo, intente no permanecer cerca de las estaciones de tren, que
no son ámbitos muy seguros.
Conseguir comer bien en Italia, nunca es un problema. De cualquier forma,
siempre sería ideal aprovechar su estadía en Roma, para saborear un plato
típicamente romano y no uno “italiano”. Por esto, recomendamos el Filetti di
Baccala, un bacalao bien frito que en algún momento fue una especialidad judía,
pero con su llegada a Roma y el furor que tuvo entre los paladares romanos,
llegó a ser popularizado en esa ciudad. Otra comida que tampoco se debería
perder, es el suppli di Riso, unas croquetas de arroz fritas, rellenas de queso
mozzarela de leche de búfalo y muchas otras especias. Y de postre, por supuesto,
el exquisito café espresso romano, junto con las tortas di Ricotta.
Los Pasos Españoles, son un lugar excelente para comenzar su visita turística,
ya que, junto con la Piazza di Spagna, están en el corazón de la ciudad. Fueron
construidos por Francesco de Sanctis en 1720, para conectar la iglesia del
Trinita dei Monti con la cuadra de abajo. El Fontana Barcaccia fue construido
más adelante, por el padre de Bernini, Pietro.
Se
debe planear contar con un día entero para visitar el Vaticano, y todos los
museos con los que esta ciudad cuenta. El miércoles es el mejor de estos días,
ya que es el único día en que el Papa hace audiencias públicas. La Capilla
Sixtina, y los cuartos de Rafael y San Pedro, deben, sin ningún lugar a dudas,
ser visitados junto con el Vaticano. Eso sí, debe estar preparado para las
largas colas.
El
Palatino es el lugar donde Romulo fijó la ciudad original. Una visita a la
colina del Palatino, es definitivamente fundamental. Allí se pueden ver las
chozas que Romulo planeo para la ciudad original, así como el templo de Cibele,
y el Criptopoticus, una galería subterránea construida por Nerón.
Si
decide viaja por sí mismo, entre en contacto con la sección turística de la
embajada italiana. Allí le proveerán una abundante información, sin costo
alguno. Estos datos, incluirán mapas, recomendaciones de hoteles, operadores de
tours diarios, e itinerarios de viaje. Pero tenga en cuenta que usted puede
vivir en Roma por cien años… ¡y aún así no conocerla toda!
