Falsas
creencias
Una de las
causas puede ser tener falsas creencias acerca de la alimentación. Esto quiere
decir que muchas veces el especialista recomienda una dieta a seguir y cree que
el paciente entiende todo, pero en realidad cada persona tiene preconceptos
sobre los alimentos, que pueden llegar a distorsionar lo que el médico les
recomienda.
Esas
creencias mayormente son acuñadas durante la infancia, o sea con las costumbres
sobre la comida que tenía su familia, y a esto se le agrega todo lo que va
comiendo a lo largo de su vida.
Estas ideas
juegan un papel importante a la hora de una dieta porque llevan a cometer
errores que pueden pasar desapercibidos. Lo recomendable en estos casos, antes
de empezar una dieta, es realizar una “anamnesis” (que es un interrogatorio
clínico que determina los antecedentes del paciente) alimentaria, lo que implica
que se realice un detallado registro escrito de los hábitos alimentarios, por lo
menos durante una semana.
De esta
manera el médico puede determinar los errores involuntarios que el paciente
comete a la hora de empezar una dieta.
Soluciones
mágicas
Otra causa es
pensar que las dietas son soluciones mágicas. Muchos creen que al empezar una
dieta ya perderán peso por el solo hecho de seguirlas, pero sin poner nada de
voluntad. Cuando en realidad el hacer régimen tiene que tener una motivación por
detrás, ya que implicará hacer grandes sacrificios.
Muchas veces
también se puede estar siguiendo una dieta inadecuada para nuestro cuerpo. Por
eso es imprescindible consultar a un especialista para que determine un plan a
seguir que tenga en cuenta nuestras costumbres, intolerancias, problemas de
salud, horarios, tipo de trabajo, actividad física, etc. Esto es fundamental ya
que podremos estar suministrando calorías inadecuadas a nuestro organismo.
También se
deben hacer ciertos ajustes a medida que se va perdiendo peso, y por eso es muy
importante la periodicidad de la consulta a un profesional, para que vaya
controlando el proceso.
Demasiadas
expectativas
Una causa muy
común es sobredimensionar las expectativas. Por ejemplo, en el caso de aquellas
personas que desean tener el mismo cuerpo que tenían 20 años atrás, o perder
mucho peso en un tiempo corto, etc.
En realidad
lo ideal es establecer junto al médico el peso lógico para cada persona,
mediante un plan gradual y duradero, siempre considerando cómo se siente la
persona a medida que vaya perdiendo peso.
Problemas de
contexto
La falta de
un contexto acorde puede ser otra causa de no bajar de peso. Por eso hay que
saber bien en qué momento vital está uno. Por ejemplo, la pérdida de un ser
querido, la falta de trabajo o la ingesta de ciertos medicamentos para tratar
otras enfermedades puede dificultar el adelgazamiento.
Falta de
compromiso
Otra causa es
la falta de compromiso. Por eso es imprescindible ser constantes. Seguir una
dieta de lunes a viernes y los fines de semana comer de todo, lo único que nos
asegura es mantener el mismo peso pero no bajarlo. La dieta debe ser constante y
estricta, no hay que descarrilarse.
Factores
psicológicos
Las creencias
pueden jugar un papel en contra de nuestro deseo de adelgazar. Por ejemplo,
pensar que “yo soy así y nunca podré cambiar” o “si bajo de peso me voy a
enfermar como le paso a…” lo único que llevará es a un estado de negación que
nos impedirá empezar una dieta.
La culpa es
el peor enemigo para adelgazar. Y siempre se encuentra algún motivo para que nos
sintamos culpables por bajar de peso.
Dudas más comunes
La gente se
hace muchas preguntas a la hora de tratar de bajar de peso. A continuación le
brindamos las respuestas a las preguntas más comunes:
· ¿Es
importante consultar al médico o se puede seguir cualquier dieta que sale en las
revistas?
En realidad
lo recomendable es que un especialista determine el plan a seguir, con las
calorías adecuadas para cada paciente. Y luego de establecer la dieta debe
hacerse un control bastante seguido para ver como avanza el proceso.
· ¿Cuál
es la mejor manera de mantenerse y no volver a recuperar esos kilos que se
perdieron?
La única
manera es continuar comiendo de forma moderada. Si se vuelve a comer como antes
de empezar la dieta, tarde o temprano esos kilos volverán, a menos que se haga
una actividad física intensa que permita quemar las calorías ingeridas.
· ¿Es
posible que el retener líquido impida bajar de peso?
Esto en realidad no es algo
que impida bajar de peso. Lo único que puede pasar es que mientras se retenga
líquido el descenso sea un poco escalonado y no continuo.
Conclusiones
Lo mejor es
comer sano y saludablemente. Por eso todo cambio dietario debe ser adecuado a la
persona que lo realiza, y esto incluye un chequeo médico y comenzar el plan
recetado por un especialista.
Los cambios se deben dar de manera progresiva a lo largo del tiempo, y no
esperar soluciones milagrosas en un corto período.
El momento de comer debe ser tranquilo. No estar corriendo, la comida debe
digerirse bien, ser masticada. Es recomendable comer relajados, y no discutiendo
asuntos de negocios o problemas familiares.
Por último, lo mejor es aceptarse como uno es. No pensar que sólo se puede vivir
en plenitud teniendo el cuerpo ideal.
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