El ser humano es un emprendedor innato. Desde el momento en que nace posee la
curiosidad de explorar nuevos horizontes. Es cosa de observar un
bebé que gatea.
Incansablemente investiga su entorno.
A medida que el niño se va desarrollando, llega a la famosa edad del "¿por qué?"
que tanto exaspera a sus padres. Quieren saberlo todo y aprenderlo todo. Su
curiosidad no tiene límites y su creatividad tampoco.
Lo ideal sería que el niño mantuviera ésta actitud inquisitiva hasta llegar a la
adultez, pero no siempre es el caso.
¡Todo lo contrario! El espíritu emprendedor, que es tan natural en nosotros,
normalmente es aplacado a medida que crecemos. La vida nos inculca patrones de
pensamiento y temores que limitan el desarrollo adecuado de nuestro espíritu
emprendedor.
Éste proceso continúa a lo largo de nuestras vidas. En la educación tradicional
cada niño pasa a formar parte de un conjunto de 30 a 45 niños.
En éste contexto
no es posible fomentar la curiosidad y la exploración individual. El aprendizaje
necesariamente debe hacerse en conjunto y de acuerdo a lo que otra persona
eligió como tópico de estudio.
En ese momento el niño aprende varias lecciones
importantes que últimamente dañarán su espíritu emprendedor innato:
-
Si hago lo mínimo requerido, voy a estar bien. -
Aprender significa hacer lo que la figura de autoridad exige -
El aprendizaje es aburrido y poco atractivo -
El entretenimiento es cuando no tienes que aprender -
Para ser un buen estudiante tengo que estudiar los intereses de otra persona -
Si no estoy obligado a aprender, prefiero entretenerme -
Mis propios intereses no son importantes, los tengo que perseguir en mi
tiempo libre. -
Ninguna actividad de aprendizaje es lo suficientemente importante para
profundizarla, ya que la lección de la campana es: ¡guarden los cuadernos,
ahora toca estudiar otra materia!
Ya que la gran mayoría de nosotros hemos sido educados en un contexto de
escuela, hemos aprendido estas mismas lecciones en mayor o menor grado.
Hemos
aprendido a seguir instrucciones, a complacer una figura de autoridad con
nuestros rendimientos y a vivir nuestra vida de acuerdo a lo que el sistema
dicta.
Y nuestro espíritu emprendedor queda relegado a alguna actividad de tiempo libre
o es enterrado para siempre en el baúl de los recuerdos, junto con nuestras
aspiraciones individuales y nuestros
sueños.
¿Qué podemos hacer para revivir nuestro espíritu emprendedor y así poder
sobresalir en un mundo que nos educó para ser del montón?
A continuación nombro 5 medidas que usted puede tomar para volver a desarrollar
su espíritu emprendedor y alcanzar las metas que usted tiene en su corazón:
1. Sálgase de la mentalidad de rebaño
Uno de los más grandes enemigos del espíritu emprendedor es la mentalidad de
rebaño. El ser humano es un ser gregario. Nos gusta pertenecer a un grupo y
poder identificarnos con él. Para eso hacemos lo que el grupo hace y pensamos
como el grupo piensa.
El problema es que muchas veces el grupo, junto con darnos un sentimiento
reconfortante de pertenencia, nos limita en cuanto a lo que podemos lograr como
individuo.
Si usted quiere revivir su espíritu emprendedor, va a tener que estar
dispuesto a nadar contra la corriente. La historia de la humanidad está llena de
emprendedores que fueron vituperados de "locos" por sus pares.
2. Debe entender que la libertad tiene su precio
Tiene que luchar para ser libre. Cuando uno persona entiende que es única, que
posee dones y talentos que la distinguen de los demás, nace el deseo de ser ese
"yo" que Dios puso en cada uno de nosotros. Esa individualidad tiene un precio.
Muchas veces significa cuestionarse paradigmas y patrones de pensamientos
propios de nuestra cultura y de nuestra educación y tomar pasos de fe al
explorar terrenos nuevos que no conocemos.
3. No vacile
Emprenda con determinación. Una persona que toma la decisión de emprender un
rumbo determinado un día y de pronto vacila y retoma otro camino al día
siguiente, no va a llegar muy lejos.
4. Busque información positiva
Para poder ser exitoso en lo que se propone, necesitará invertir tiempo, dinero
y esfuerzo en reeducarse. Tenga en mente que la información negativa siempre es
gratuita.
En cambio, la información positiva que le va ayudar a salir adelante,
la va a tener que buscar como si fuera un tesoro escondido.
5. No se desvíe de su meta
Si quiere fracasar en su emprendimiento, simplemente distráigase con otras
cosas. La clave del éxito está en mantenerse enfocado en lo que uno quiere
lograr. De esa manera siempre mantendrá un fervoroso espíritu emprendedor.
Por Bettina Langerfeldt
http://EducacionParaElExito.com
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