El jardín ocupa un espacio que posee 3 dimensiones, el punto de partida de todo proyecto parte de un punto en este espacio, a partir de allí el uso, los espacios y el genio del diseñador pasan por la forma en que son combinados.
Toda disciplina artística como la arquitectura, la pintura, la fotografía, etc. se valen de principios de diseño que determinan la forma en que estos espacios son percibidos. La valoración y el gusto sobre algunas resoluciones esta condicionada por estos principios.
En el jardín la línea crea un sentido de dirección así como también un sentido de movimiento. El ojo humano automáticamente sigue las líneas del jardín, lo mismo la línea de un sendero recto que una curva de un arriate o bordura o el contorno de material de un grupo de plantas.
Las curvas expresan un carácter inequívoco que tiene relación con la psicología del observador y producen respuestas especificas.
Así una curva suave es lenta y las líneas horizontales son relajantes. mientras que las líneas dentadas o verticales crean tensión y energía.
Las formas están definidas por líneas y son los elementos mas duraderos del jardín. Es lo primero que un observador registra con su mirada a determinada distancia.
Cada planta tiene un habito de crecimiento distinto, una masa única y el volumen que desarrolla cambia con el tiempo a medida que crece. Las formas cualesquiera que sean definen los espacios del jardín.
Algunas formas son mas dramáticas que otras y por lo tanto llaman mas la atención.
El emplazamiento de una planta especifica puede bloquear una visto o abrir una línea visual o hacer cambiar las visuales según sea el habito de crecimiento de la planta, cerrado o abierto, compacto, herbáceo de hoja perenne o caduca.
La selección de la forma de las plantas así como la determinación de su ubicación es critica en la creación de espacios cómodos, dinámicos y con valor paisajístico.
Incluso las formas pueden por si mismas cobrar importancia por sobre otros elementos del jardín cuando su estudio y combinación son diseñados acertadamente.
En la imagen una combinación de setos recortados con formas esféricas, setos que marcan líneas rectas y ángulos, setos altos mas libres, césped plano de textura fina y césped entre baldosas en dibujos de damero generan una composición de interés, sin necesidad del uso del color o elementos mas contundentes.
La textura en el jardín agrega entusiasmo visual y sensitivo. Muchas veces la textura es leída como masas de vegetación otras veces como plantas desprovistas de follaje, como corteza o flores, pero también esta influenciada fuertemente, por los cambios en la iluminación natural que se producen a lo largo del día o las estaciones del año.
Esto depende de la distancia a la cual observamos un paisaje.
A corta distancia el tamaño y la forma de las hojas y ramitas predominan como textura de una planta.
A mayor distancia la calidad de las luces y sombras sobre una forma se traducen como las texturas dominantes.
Las texturas ásperas, gruesas producen sensación de informalidad y son visualmente dominantes mientras que las texturas finas y alisadas se relacionan con actitudes mas formales, elegantes, y pasivas en un paisaje. Las texturas finas quedan sometidas a las dominantes.
Las texturas finas se perciben como mas lejanas de esta manera pueden ser introducidas en un diseño para otorgarle una perspectiva que tal vez el proyecto no tenga en un espacio pequeño o hacer parecer espacios mas grandes a los mas reducidos. El predominio de plantas gruesas hace parecer a un jardín mas chico.
Los fuertes contrastes de texturas añaden drama e interés al jardín. La corteza y el follaje son dos modos de agregar interés a cualquier espacio.
La introducción de una variedad de fragancias a un jardín, ampliará su interés sensorial. Si el jardín esta muy expuesto, las plantas fragantes deben estar en una posición abrigada. Si se ubican cerca de un camino o senderos, pueden ser mas apreciadas. Las fragancias como los colores, evocan respuestas emocionales y pueden ayudar a crear cierto sentido del humor en el jardín
El color es un elemento de diseño, muchas veces, confuso y de desconcierto para mas de un jardinero. Por otra parte parece ser, a veces, el único elemento considerado. Aunque sea un elemento muy importante se le da demasiada importancia en las explicaciones y justificaciones de muchos diseñadores.
Sin embargo, hay ciertas reglas básicas que pueden tenerse en cuenta: Utilizar grandes áreas verdes con el salpicado ocasional de otro color, usar colores armónicos, usar estudios del color como lo hace un artista, combinarlos con sentido natural en grandes espacios y ser mas osado en sectores mas reducidos.
Hay respuestas emocionales a colores específicos. Por ejemplo los rojos brillantes, amarillos y naranjas producen excitación. Los celestes, rosas, verdes y violetas pálidos producen calma y tranquilidad. El blanco es el gran unificador, es un neutro que eleva el espíritu.
En general los colores calidos (rojo, amarillo, naranja) atraen las miradas y se destacan del fondo.
Colores fríos como el azul, violetas y algunos verdes retroceden en el paisaje y se funden con el fondo. por lo tanto pasan mas desapercibidos.
Los diseñadores tienen conciencia de esto, y planifican estas respuestas en concordancia con las necesidades funcionales.
El color contribuye a percibir la profundidad definiendo relaciones espaciales.
La repetición de elementos en el jardín es percibida, como la copia de elementos de diseño capaz de ser fácilmente entendido en la composición total y que otorga un sentido de orden al diseño. Esto se extiende a cualquier carácter de un objeto como forma, textura, color, etc. cualquiera de estos puede ser repetido.
La repetición sutil de la textura de una planta en el jardín ayuda a unificar el diseño y simplificar la composición.
Las calidades de diseño de línea, forma, textura, aromas y color son combinadas y contrastan para proporcionar la diversidad y evitar la uniformidad. La variedad desarrolla una tensión, que ayuda a mantener la atención del observador creando entusiasmo y placer.
La variedad es la contrapartida de la repetición pero cuando es exagerada y añade demasiados elementos puede resultar en un caos.
Debe existir un equilibrio fino entre variedad y repetición, para conseguir unidad en un paisaje.
El equilibrio se refiere a la armonía y compensación que hay entre los diferentes elementos de jardín. La línea, forma, textura, el olor y color llaman la atención a nuestros sentidos. Esta estimulación debe ser calibrada para que ninguno de ellos prevalezca sobre el otro.
Los paisajes naturales, informales que son cada vez mas populares, dependen del equilibrio de elementos verticales y horizontales o de masas pequeñas, densas que equilibran agrupaciones grandes y difusas. En todos los casos, cada uno de ellos deben tener una importancia compensada.
El énfasis se refiere a aquellos elementos del jardín que atrapan la atención del espectador antes que el resto y que recurrentemente la visual vuelve a ellos.
Cada una de las partes de una composición, puede no tener igual interés visual. Ciertos elementos o sectores pueden ser diferentes, quizás mas grandes, de un color contrastante, etc. según el diseño. Si hay exceso de elementos, el efecto de énfasis se pierde. El énfasis solo se consigue limitando los elementos de diseño dominantes.
La secuencia es el movimiento del jardín.
También los ritmos que se desarrollan cuando la línea, la forma, la textura y el color son cambiados de modo de conseguir determinado efecto.
En otras oportunidades, cuando alguno de ellos, por ejemplo el tamaño, va progresivamente aumentando o disminuyendo, haciendo que el ojo humano siga la secuencia.
La secuencia ayuda a unir varios elementos de diseño distintos, ya sea por la repetición, o por la progresión o el aumento o disminución de, por ejemplo, texturas o colores, o densidad vegetal o elementos no vegetales del jardín, como elementos escultóricos.
La escala esta referida a la armonía de tamaños en el jardín.
Cada elemento guarda una relación respecto del tamaño del todo.
El tamaño en este caso esta entendido también como la relación relativa entre el tamaño de un elemento y los que hay a su alrededor que forman parte de la misma composición.
CON ESTOS PRINCIPIOS EN MENTE HASTA UN PEQUEÑO JARDÍN PUEDE SER UNA OBRA DE ARTE.
Fuente: DecoyJardín
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