Cómo hacerte amigo de tu jefe
Posiblemente, la amistad más difícil de hacer sea aquella que quieres entablar
con la persona que te firma el cheque de pago.
Todos queremos tener una excelente relación con nuestro jefe, pero para ello debemos conocer la diferencia entre ser un empleado correcto y un completo lamebotas.
Existen distintas formas de hacerte amigo de tu jefe, pero siempre deberás comenzar por el supuesto de que tu jefe es una persona además de una figura de autoridad.
A decir verdad, es muy posible que tu jefe quiera agradarle a sus empleados tanto como tú quieres agradarle a él. Desarrollar una amistad con tu jefe, simplemente, tiene que ver con aprender a interactuar en un nivel social de madurez. Tú puedes hacer eso, ¿no es así?
Qué hacer para ser amigo de tu jefe
La mejor forma de conectarte y entablar una amistad con tu jefe es mostrarle que
eres un buen sujeto a nivel personal; sólo hacerlo a nivel profesional. Los
directores promueven a personas que les agrandan y conocen bien, por lo que
desarrollar una amistad con tu jefe será una sabia decisión profesional.
· Socializa fuera de la oficina
No es de sorprender que nosotros, como personas, solamos gravitar en derredor a otras personas que disfrutan de cosas iguales o similares. En consecuencia, si tú quieres verdaderamente socializar con tu jefe, encuentra una forma de confraternizar fuera de la oficina.
Ya sea en una cancha de tenis, en un green de golf, o en un polígono de tiro al blanco, las personas que comparten una pasión por una misma actividad buscarán la forma de agradarse. Involucrarte en actividades amistosas fuera de la oficina con tu jefe es la mejor forma de construir una relación lejos de la pirámide de la autoridad, y cerca de la camaradería —de la misma forma que el resto de tus amistades—.
· Ingresa en su mundo
Hablar acerca de las políticas de la oficina y las quejas de los clientes sólo hará que tu jefe recuerde que es tu jefe y no tu amigo. Por el contrario, cuando hables sobre asuntos personales, como su equipo de fútbol favorito o sobre un destino turístico paradisíaco, estarás manteniendo una plática con un amigo y no con tu jefe. Intenta dirigir la conversación hacia temas que se sientan personales y naturales —nada que parezca forzado o inducido—.
· Habla sobre pequeños temas
Si bien es posible que no te interese mucho el cumpleaños número cinco del hijo del jefe, para éste sí será algo importante, y desde luego dedicará algunos minutos a hablar de ello. No necesitas ser demasiado obsecuente, pero sí podrás mencionar el tema en forma acotada. Al igual que los cumpleaños, hablar de los partidos de fútbol del fin de semana, el partido de tenis del día anterior, o el último caso de corrupción del gobierno serán temas efectivos. Después de todo, los amigos suelen hablar de pequeños temas.
La clave del juego, en este punto, es el abordaje natural. Una mención casual durante su conversación laboral será suficiente. Por otra parte, traer un regalo gigante para su hijo podría hacerle pensar que estás siendo obsecuente por algún motivo especial —un ascenso, por ejemplo—. Es fácil perder la amistad de tu jefe o fracasar en tu intento de conseguirla al realizar intentos exagerados o demasiado forzados.
· Conoce a su esposa
Cuando tu jefe quiere quejarse o expresar sus problemas, lo hace con su esposa. Por lo tanto, ser uno de los pocos empleados conocidos para su esposa puede ayudarte en buena forma.
Podrías sorprenderte al descubrir cuán poderosa puede ser su esposa, y cuán beneficioso puede ser cuando está de tu lado —mejor no hablar de lo que ocurrirá si ella te desprecia—. Cualquier primer contacto personal es importante y significativo, ya sea que se trate de una conversación de 10 minutos en la fiesta de fin de año o una prolongada reunión informal después de la oficina. Asegúrate de crear una alianza con quien verdaderamente toma las decisiones.
A medida que te conviertes en el hermano fraternal que tu jefe nunca tuvo, más fácil te será acercarte a su esposa y entablar una buena relación con ella. Recuerda no convertirte en una especie de Sr. Smithers, o ya no tendrás muchas opciones de fraternizar con tu jefe y su familia.
· No te conviertas en un hombro sobre el cual llorar
Posiblemente tu jefe esté atravesando por un momento complicado en casa, y sólo necesite alguien en quien confiar. Una simple confesión podría transformarte en un aliado durante el proceso de dificultades. Sé extremadamente cuidadoso y discreto, y ofrece tu hombro sólo mientras dure la angustia.
· Evita los chismes
Puede sentirse bien ser el confidente de tu jefe y enterarte de los problemas del trabajo y del futuro de tus compañeros, aunque en realidad se trata de información que tú no debes saber. Imagínate si tu jefe te cuenta que piensa echar a un compañero que, por casualidad, resulta ser tu mejor amigo. Sin dudas, estarás ante una situación muy desagradable.
Cuando veas que algún dato comprometido está por llegar a tus oídos, lo mejor que puedes hacer tapártelos y cambiar de tema tan rápido como sea posible. Una sola palabra de más y tendrás conocimiento del rendimiento de los empleados. Tus compañeros pronto estarán alienándote como si fueras un segundo jefe.
· No hagas revelaciones inadecuadas
Tu jefe quiere creer que estás listo para dar lo mejor de ti todos los días en todo momento. La última cosa que quiere escuchar es que no has dormido en toda la noche porque te fuiste de copas con tus antiguos compañeros del colegio secundario. Como regla general, no le digas nada a tu jefe que no le dirías a tu madre. Después de todo, ella aún piensa que eres un santo...
· No pases ciertos límites
Salir a divertirte y tomar algunas copas con tu jefe puede ser una excelente forma de romper las estructuras y entablar una relación personal. Sin embargo, salir y tomar diez vodkas es, a decir verdad, una pésima idea. Tú puedes dejarte perder en una noche de parranda con tus compañeros de trabajo, pero no puedes desnudarte y subir a bailar a la barra del bar frente a tu jefe.