Andropausia y depresión

La depresión en los hombres no es igual que en las mujeres, sobre todo después de los 50...





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Los
hombres también sufren las consecuencias de la disminución de los niveles
hormonales, y tienen su propia “menopausia”: la andropausia.
Este problema está asociado a la depresión, que a su vez se relaciona con la
impotencia y otros inconvenientes sexuales que pueden encontrarse en esta etapa
de la vida.

Aproximadamente
un 40 por ciento de los hombres de entre 40 y 60 años, experimenta un cierto
grado de dificultad en lograr y sostener erecciones, problemas de depresión,
oscilaciones en su estado de ánimo, etc.

Pero sin embargo, estos síntomas no se reconocen comúnmente por varias
razones:

·       
Los
síntomas de la depresión masculina son diferentes de los síntomas clásicos
que uno entiende por depresión.

·       
Los
hombres niegan tener “problemas” porque se supone que son “fuertes”.

·       
Los
hombres niegan sus problemas sexuales y no entienden en qué se relacionan con
la depresión.

·       
Los
síntomas de la depresión masculina no son tan conocidos y muchas personas que
están en relación con un hombre que sufre esto, como los familiares, los médicos
y los psicólogos, no pueden reconocerlos.

Un
estudio realizado en Estados Unidos muestra la dimensión de esta situación:

En
el 80 por ciento de los casos de suicidios en EE.UU. son hombres.
La tasa de suicidios de hombres que se encuentran en la mitad de su vida es tres
veces más alta; y para los hombres que pasan los 65 años, siete veces más
alta.
Entre 60 y 80 por ciento de los adultos con depresión nunca obtuvieron ayuda
profesional.
Puede tomar hasta diez años y hasta tres profesionales de la salud para
diagnosticar correctamente este problema.





Las
diferencias entre la depresión masculina y la femenina


Los
hombres son más proclives a proyectar hacia el exterior todos sus problemas,
mientras que las mujeres se los guardan en su interior.

Las
mujeres se culpan a ellas mismas en cambio los hombres culpan a otros por sus
propios problemas.

Ellas
se sienten tristes, apáticas. En cambio ellos están enojados, irritables.

Ellas son más
miedosas y ansiosas, en cambio lo hombres son más suspicaces. Otra gran
diferencia es que ellas tratan de evitar problemas, en cambio los hombres los
provocan.

Las
mujeres tratan de ser agradables mientras que los hombres son más hostiles.

Cuando
se sienten heridos ellos son los que atacan, las mujeres no.

Los
hombres demandan respeto de las otras personas. Ellas sienten que nacieron para
hacer las cosas mal, en cambio ellos piensan que el mundo está en contra de
ellos.

Ellas
son más nerviosas que los hombres pero actúan de una forma mucho más lenta
que ellos, que se agitan mucho para resolver algunas situaciones.

Otra
gran diferencia es en la forma de dormir, ellas son las que más duermen -se diría
que en demasía-, mientras ellos duermen muy poco.

Ellos
necesitan tener el control de todo.

Otra
diferencia es que ellas se sienten culpables por lo que hacen, mientras que los
hombres se sienten más bien vergonzosos.

Ellas
no se conforman con recibir piedad, mientras ellos se frustran por no recibir
demasiada piedad.

Ellas
expresan mejor sus debilidades y dudas, mientras a ellos les cuesta mucho poder
verbalizar todas sus preocupaciones.

Ellas
tienen un miedo fuerte a triunfar, mientras ellos tienen terror a fallar.

Para
automedicarse ellas utilizan al amor, los amigos y la comida; mientras ellos
utilizan los deportes, la televisión y el sexo.

Las
mujeres creen que sus problemas podrían ser solucionados solamente si pudiesen
ser mejores (esposas, madres, compañeras de trabajo, amigas, etc.). En cambio
los hombres creen que podrían solucionar sus problemas solamente si su (esposa,
compañero de trabajo, hijos, padres, amigos) los tratasen mejor.

Y
por último ellas se preguntan”: ¿Soy bastante buena?”. Mientras ellos se
preguntan”: ¿Fui lo suficientemente amado?”.

¿Qué
hacer al respecto?


Lo
más importante es poder reconocer el problema, porque la mayoría de los
hombres no lo ven, puesto que su defensa psicológica más fuerte es la negación.

Es
importante que los hombres busquen ayuda y poder brindársela, ya que solo la
piden cuando se encuentran bajo mucha presión.

Lo
bueno sería ayudar a un hombre que padece estos síntomas haciéndole entender
que lo mejor en estos casos es hacer ejercicios, dieta, que entren en contacto
con su espiritualidad, psicoterapia, tomar medicamentos si fueran necesarios,
que reconstruyan sus vidas y lazos sociales que hayan perdido o nunca tenían,
amarse a sí mismos y poder aceptarse como son.

En
lo que tiene que ver con los medicamentos, existen muchos antidepresivos que son
muy eficaces, aunque ninguna medicación es perfecta. Por eso es muy importante
elegir a un buen profesional que supervise una terapia adecuada.