En los nueve años que pasaron
desde que comencé a practicar karate, he cambiado de maneras más sutiles y
profundas que simplemente aprender cómo romper un bloque de concreto con una
patada. Físicamente, a la edad de 48 años, la diferencia es mucho más profunda.
Había bromeado con mis amigos
que haber obtenido mi cinturón negro a los 43 años era mi manera de manejar la
crisis de mi edad. Como muchas bromas, ésta estaba basada en la verdad.
Empecé a tomar clases de
karate porque mis dos hijos estaban interesados y la escuela local de karate
tenía un precio especial para los miembros de la familia.
Después de varios meses de
entrenamiento, comencé a saber que este arte era acerca de mucho más que de
aprender a pegar y a patear.
A diferencia de otras formas
de ejercicio que había hecho -como el jogging o el aerobics- el karate requiere
una concentración mental total y la apelación a la energía espiritual. Si su
mente se extravía durante la clase, puede terminar con un golpe en la nariz.
Y para tener éxito, debe
aprender a comunicarse con su fuerza vital, la energía vital conocida como chi,
que puede darle a los comunes mortales un extraordinario poder.
Para mi sorpresa, descubrí que
las lecciones que estaba aprendiendo en las clases, como la de entrenar con una
actitud de “nunca digas nunca”, venían de la mano en mi vida diaria.
No era que me había convertido
en un matón de las artes marciales estilo Hollywood, para hacer sangrar la nariz
de cualquiera que me desagradara.
Sino entrenando mi mente,
cuerpo y espíritu a lo largo del camino hacia el cinturón negro de la
perseverancia, integridad, cortesía y coraje, me sentía confiada en que podía
manejar cualquier cosa que se cruzara en mi camino.
Técnicas de
autodefensa mental
En el aniversario de la
obtención de mi segundo dan de cinturón negro, ofrezco siete técnicas de
autodefensa mental que he aprendido a lo largo de este tiempo.
Pueden ser usadas en contra de
cualquier tipo de ataque- ser un criminal, un detestable vendedor o sus hijos
tratando de intimidarla para que los deje mirar TV antes de terminar la tarea de
la escuela:
1.- Respire. En situaciones
tensas la gente tiende a contener la respiración. Así la respiración ayuda a
conectar la mente con el cuerpo, calmando a ambos y agregando poder a sus
acciones.
2.- Trate a rodos con respeto,
incluyendo a usted mismo. A pesar de que pueda ser mejor ignorar el mal
comportamiento por parte de los extraños, no acepte no ser respetada por parte
de la gente con la cual trata con frecuencia.
Atentamente traiga la ofensa a la
atención de ellos y sea claro, si quieren seguir interactuando con usted, este
comportamiento no será tolerado.
3.- Sea flexible. Emule al
sauce que se curva al viento pero que no se rompe. En la adversidad, adáptese y
siga.
4.- Permanezca centrada y
concentrada en lo que es importante para usted. No permita que los otros lo
absorban hasta perder su centro, y aprenda a desviar un ataque quebrantando el
equilibrio físico o mental del adversario.
5.- Mantenga una “mente de
principiante”. Este es un nombre que los maestros Zen dan al humilde estado de
estar siempre abiertos a aprender nuevas cosas.
6.- Sea positivo. Si usted
exuda energía positiva, las cosas positivas van a venir hasta usted.
7.- Trate de resolver los
conflictos sin pelear. Reserve la fuerza física como el último resorte si usted
o los otros están en peligro. Como dijo el fundador del karate moderno, Ginching
Funakoshi, “Someter al enemigo sin pelear es la destreza más alta".
Elias Berntsson es autor de "15
claves para una autoestima indestructible", un curso completo de 15 módulos
donde aprenderás a mejorar y
sanar tu autoestima de manera permanente. Comienza ahora mismo haciendo
clic aquí