La onicofagia, así se le llama a este trastorno, es más habitual de lo que se percibe y puede afectar tanto a niños como adultos.
“Una alteración en el sistema nervioso o un desequilibrio emocional son sus principales causas”, sostiene la psicóloga argentina Berta Sáez.
Es muy importante saber la causa por la cual una persona llega a morderse las uñas en la mayoría de los casos de manera inconsciente.
“Lo más importante de todo es que la persona tome conciencia de lo que está haciendo y de que observe en qué ocasiones le ocurre esto.
Si es cuando se está sometido ante una situación estresante, o frente a alguna persona o trabajo en particular que afecta sus emociones, teniendo en claro el por qué ocurre, se podrá encontrar más rápido una solución”, continúa diciendo la profesional.
Consejos contra la onicofagia
- Evitar los estimulantes como el alcohol, café o bebidas colas ya que suelen generar ansiedad y nerviosismo, enemigos fundamentales de las personas que no pueden evitar comerse las uñas.
- Es ideal comer de manera seguida alimentos livianos para que el estrés no aparezca y eso haga que no se controle el deseo de comerse las uñas.
- Una adecuada dieta es vital ya que estudios aseguran que la carencia de minerales puede disparar esta necesidad.
- Beber alguna infusión relajante dos o tres veces al día contribuye a no pensar en el impulso de comerse las uñas y si se sigue una rutina, se ven los resultados.
- El control de la respiración también beneficia a las personas que por esencia sufren de ansiedad o estrés. La práctica de algún ejercicio relajante o deporte hacen que se deje de lado esta necesidad, el yoga y la natación practicados con constancia son capaces de alejar cualquier tipo de vicio.
- Los productos amargos que se colocan en las uñas no siempre dan efectos positivos y se desconocen los efectos tóxicos de los diferentes productos.
- Cuando se sienta la necesidad de llevar los dedos a la boca, se debe golpear con la yema de los dedos una superficie para distraerse y evitar ese momento.
- Acercar los dedos a la boca, cinco centímetros antes de llegar a ella y retirarlos. Este ejercicio de autodominio ayudará a controlar el impulso de querer morderse las uñas de manera consciente. Es conveniente reiterar la práctica muchas veces al día, llegará el momento en que no se sentirá deseos de llevar los dedos a la boca.