Una de las cualidades que caracteriza un líder es su habilidad para lograr resultados, tanto en el plano laboral como en su vida personal.
Sin embargo, existen muchos líderes que tienen continuos fracasos, olvidos, desilusiones y se sienten frustrados porque trabajan mucho y reciben muy poca recompensa o, simplemente, no encuentran el modo de conseguir eso que tanto añoran.
Y lo peor de todo es que miran a su alrededor y descubren que conocidos suyos, compañeros de trabajo o familiares consiguen lo que quieren con más facilidad: sus casas, carros, ascensos en la empresa, éxito en sus negocios propios.
La respuesta a estas “incongruencias de la vida” podría estar en ti mismo.
Una razón muy probable es que, inconscientemente, estés actuando bajo el influjo de hábitos que están boicoteando tu camino al éxito.
Los más comunes son:
· No tener tiempo para hacer lo verdaderamente importante. Se te va el día haciendo actividades no prioritarias y dejando a un lado aquellas que catalizarán tu encuentro con el triunfo.
· Miedo a la incertidumbre. Ocurre cuando justificas tu inacción porque “no tienes claro el camino a seguir”. Desearías tener ya todas las respuestas en tu mano para poder actuar.
· Dejar los proyectos a medio camino. Significa no tener la suficiente voluntad para continuar algo que iniciaste y para ello te justificas de muchas formas: no está funcionando, lo retomaré cuando las condiciones sean más propicias, se me enfermó mi madre, etc.
· Dejar para mañana lo que puedes hacer hoy. Te lleva toda una eternidad dar el primer paso, dejándolo para “mañana”.
· Parálisis. Los caminos para llegar a tu meta son múltiples. Hay tanto por hacer que no sabes por dónde empezar y te paralizas.
· Aferrarte a lo conocido aunque no sea efectivo. Realizas una y otra vez ciertas actividades que, según tú, son las que te permitirán conseguir lo que quieres y aunque la evidencia te demuestra que por ahí es no es el camino, te empeñas en recorrerlo… ¡y hasta te molestas cuando alguien te hace la observación!
· No concretar tus ideas. Tienes ideas maravillosas, creativas, originales… pero no las llevas a cabo. Siempre hay algo que se interpone, ya sea porque estás “cargado” de chamba, “mañana” será un buen día para intentarlo, voy a esperar a que llegue el Sr. López para arrancar, etc.
Éstos son algunos hábitos que podrían estarte impidiendo conseguir lo que quieres. Pero podría haber más.
Una receta que te puede servir es que tomes como referencia a alguna persona que consideres exitosa y que admires.
Acércate a él o ella y pregúntale cuáles son los cinco hábitos más importantes que considera han contribuido al logro de sus objetivos. Y si es posible, entrevista a dos o tres personas más.
Luego saca cuáles son los hábitos que más se repitieron en todos ellos. Entonces lo que tienes qué hacer es auto evaluarte a la luz de lo que te dijeron.
Vamos a suponer que de cuatro personas entrevistadas, tres de ellas te comentaron que suelen levantarse a las 6:00 am a practicar 15 minutos de meditación.
Y tú sueles levantarte corriendo para ir a la oficina 30 minutos antes de la hora de entrada y ni siquiera te da tiempo para tomar un vaso con leche.
Entonces ya sabes que debes incorporar a tu rutina este nuevo hábito. Y así con todos los demás.
No es nada del otro mundo. El éxito y la gloria está al alcance de todos, pero eso sí, te quiero advertir algo: para la excelencia no hay atajos.
Tendrás qué disciplinarte hasta que tus nuevos hábitos se incorporen como una manera natural de tu forma de ser.
Y entonces sí, ¡podrás alcanzar la estrella que quieras, por lejos que esté!
Por Leticia Barrios
www.LeticiaBarrios.com
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