Muchas veces debe haberse encontrado con alguien
que necesitaba ayuda. Alguien que pedía dinero, por ejemplo. Pero a su ser
racional le juzgó injusto tener que ayudar a una persona que no trabajaba,
mientras usted sí lo hacía.
En
ese momento no se detuvo a escuchar su alma. Durante nuestra vida tan atareada
dejamos pocos espacios para que nuestra alma se exprese. Aquí le acercamos
algunos consejos que pueden ayudarle a resolver problemas prácticos siguiendo
los flujos de su ser más espiritual.
La vida física no debería estar separada de la
vida espiritual. La práctica espiritual es sólo una forma de hacer que nuestras
rutinas ganen en gratificación y que se eleven por encima de la práctica
mundana. Las formas en que esto se puede aplicar a nuestra vida cotidiana son
las siguientes:
Rendirse tal vez sea lo más difícil de todo, y
también el primer paso para entender lo demás. Rendirse implica estar convencido
de algo que en realidad no sabemos si sucede o no. Cuando nos encontramos frente
a una situación que parece no tener solución, a pesar de que le damos vueltas y
vueltas al asunto , debemos dejarnos llevar por la misma fuerza que nos conduce
al sueño.
Y
así, como los sueños, sucede algo que no se encuentra bajo nuestro control y que
percibimos de forma extraña pero que sin duda tiene sus efectos. Rendirse al
sueño es necesario para que su vida continúe con normalidad, para que su cuerpo
siga funcionando. Rendirse al flujo de acontecimientos a veces ayuda a que todo
suceda con mayor naturalidad.
Acceder a las soluciones espirituales implica convertir los pensamientos más
profundos y los sentimientos llenos de discordia en equilibrio y amor. Es
necesario que se trate de ver todo el enojo, el odio y la disarmonía como un
camino hacia el rendirse y el amor.
Comprendiendo esto se da la oportunidad a su ser más espiritual de manifestarse
y trabajar a través de nuestro cuerpo físico. El espíritu es inseparable del
resto del universo. Establecer una relación con su ser espiritual implica
establecer una relación con todo el universo, algo que nos lleva a reconocer las
soluciones espirituales. Ser consciente de esta naturaleza infinita hará que
pueda poner todo en perspectiva.
La
forma de encontrar la solución a los problemas más profundos es aprender a
vaciar la mente. En este espacio podrá escuchar esas voces que parecen apagadas
entre todo el ruido de la vida cotidiana y le permitirá ser guiado a la
solución.
Las
exigencias de nuestra rutina nos dicen que debemos tomar decisiones todo el
tiempo, no nos permiten detenernos a escuchar a nuestro ser espiritual. Por eso
es tan importante lograr este vacío, es la única forma de encontrar la guía. Es
cuestión de dejar que las ideas fluyan hasta construir una solución que de otra
forma jamás hubiese surgido.
Encontrar
la solución espiritual a problemas de la vida diaria siempre implica generosidad
y gratitud. Esto quiere decir que uno debe entregarse a su ser espiritual y
encontrar cuál es el propósito de su existencia.
Así
sabrá cuándo se le presenta la oportunidad de realizarse en ese acto. Debe saber
que usted recibirá del universo lo que usted le da al universo. No sólo en
términos físicos sino también en términos espirituales y mentales. Por eso lo
más recomendable es ser generoso y pensar bien las consecuencias de cada acción.
Alimentar las relaciones que se tienen con todas las personas y todas las cosas
hace que las soluciones espirituales se presenten solas. Cuando uno se encuentra
así de conectado con el universo no existirán ocasiones en las que se sienta
ofendido y ni siquiera juzgado. No verá a nadie como enemigo ni a nada como
obstáculo.
Ésta es la forma de evitar los pensamientos y comentarios negativos y encontrar
todas las soluciones que están disponibles para usted. En los momentos de mayor
desolación debe saber que todo lo que se encuentra en el universo también es
parte de su universo, de su vida, y que usted tiene el poder de cambiarlo.
Finalmente, algo bien
sabido pero pocas veces practicado. Cuanto más alegre, feliz y satisfecho se
encuentre más consciente se encontrará de su conexión con su ser espiritual.
Esto no quiere decir que siempre será usted quien ayude a los demás, que será
quien se sacrifique. Sólo quiere decir que la próxima vez que se encuentre en la
posición de ayudar a alguien entre en contacto con su ser espiritual.
Si piensa que no
debe hacerlo, no lo haga. Pero en lugar de dejar que el enojo o el juicio
racional lo controle todo, siga esa guía que siempre está con usted pero que
pocas veces se escucha. Entonces sabrá que hay una parte de usted que es parte
de la persona que necesita ayuda. De modo que por lo menos merece nuestra
bendición y comprensión. A esto nos referimos cuando decimos consultar con
nuestra alma.
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