Un estudio reciente demuestra que
alrededor del 40 por ciento de las personas duermen menos de siete horas por
día entre semana y la mayoría de estos individuos se resiente con los efectos,
que provoca la falta de sueño.
El insomnio es muy frecuente en la población
adulta y aumenta significativamente con la edad. Por eso es más frecuente en la
tercera edad.
Los jóvenes tienen dificultades
para conciliar el sueño, pero las personas que se encuentran en la mitad de su
vida y la gente mayor tienen más dificultades en mantener el descanso y una
mayor predisposición a levantarse temprano por la mañana.
Es más importante la calidad de
sueño que la cantidad de horas que se duerme. Si, duerme pocas horas, pero
cuando se despierta siente que tuvo uno descanso reparador, significa que esa
persona necesita menos horas de sueño, pero al contrario, cuando se descansa
muchas horas en forma interrumpida y al otro día el rendimiento no es óptimo
se dice que esa persona sufre de insomnio.
El insomnio comienza por lo
general cuando una persona tiene estrés sicológico, social o médico, también
puede deberse a la depresión o a la ansiedad.
Otro estudio de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Harvard ha demostrado que existe una relación
entre el sueño y la salud, y que desde los años 50 hasta la actualidad se
disminuyo las horas de descanso, las que pasaron a ser la media de ocho horas a
siete horas.
Ante la falta de sueño, la
hipertensión arterial se convirtió en un trastorno cada vez más común, porque
se demostró que durante el sueño la presión arterial y la frecuencia cardíaca
alcanzan un nivel mas bajo, por ello las personas que duermen menos tienden a
tener hipertensión arterial.
Nuevos descubrimientos respecto a este tema
asociaron la falta de sueño con un mayor riesgo de infarto,
diabetes y
sobrepeso.
Otra ventaja que se descubrió,
fue que al dormir bien se previenen enfermedades. La razón es que cuando no se
descansa lo suficiente, se producen más hormonas del estrés y por ende se
afecta la función inmunitaria, señala un estudio del centro del sueño y
biología circadiana de la Universidad Northwestern en Chicago.
Otro reciente estudio demostró que
los hombres que se vacunaron contra el virus de la gripe, los cuales habían
dormido solamente cuatro horas, produjeron menos de la mitad de anticuerpos
contra el virus de la gripe que los participantes vacunados que durmieron toda
la noche.
Mejor aspecto y
bienestar
Las personas que no logran
conciliar un profundo sueño nocturno, y solamente pueden dormir entre cuatro o
cinco horas durante varias noches, sufren diversos padecimientos, que les
provoca dolores de cabeza, trastornos digestivos, dado que esta alteración
afecta su metabolismo.
Entre los 20 y 60 años de edad, la
concentración de las hormonas de crecimiento, (proteínas producidas por la
glándula hipófisis, situada en la cara anterior del cerebro,) se reduce
drásticamente, estas sustancias son esenciales para conservarnos con buen
aspecto a medida que envejecemos.
Cuando dormimos, mantenemos la
concentración de estas hormonas lo más alta posible, esto hará que conservemos
la masa muscular, y luzcamos una buena
piel.
Las personas que no duermen bien
se deprimen y la depresión causa insomnio es un circulo vicioso, pero también
sabemos que un sueño largo y reparador nos hace sentir más felices.
Mejor actividad
cerebral
Nos encontramos que la falta de
sueño, no solo trae problemas físicos sino que también afecta a la
concentración, por ende se ve limitado la capacidad para resolver problemas.
No
dormir lo necesario puede tener efectos físicos y mentales comparables a una
borrachera. Cuando dormimos mal nos cuesta pensar, nos cuesta estar atentos.
Reducción de
peso
Recientes estudios indican que
las personas que no descansan lo necesario, son más propensas a subir de peso
porque con la privación del sueño el metabolismo se vuelve más lento y por ende
el apetito aumenta.
Hay una hormona que se llama
leptina que es la que produce una sensación de saciedad y hay otra hormona que
es la grelina que es la hormona que nos hace sentir hambre, al volverse más
lento el metabolismo se incrementa la producción de la grelina porque disminuye
la leptina.
Mejorar la
inmunidad
Mientras dormimos nuestro sistema
inmunitario funciona mejor, porque hay producción de las células asesinas
naturales en la medula ósea.
Si el sueño es insuficiente
afecta la producción de estas células, que se encuentran en nuestro sistema
inmunitario.
Comemos bien y nos ejercitamos
para proteger nuestro sistema inmunitario pero si no dormimos bien arruinamos
ese trabajo.
El sistema funciona mejor mientras
dormimos. Es entonces cuando se generan las células asesinas naturales. Estas se
producen en la medula ósea y se encuentran en la sangre y en el fluido
linfático.
Las células asesinas naturales son
parte del mecanismo de defensa del cuerpo contra los virus, las bacterias e
incluso el cáncer y no trabajan correctamente si no se duerme bien.
En la universidad de California en
San Diego una investigación realizada con 23 hombres mostró que una noche de
privación parcial del sueño reduce la actividad de las células asesinas
naturales a 72 por ciento de su nivel normal.
Su actividad se regulariza cuando
volvemos a dormir lo necesario pero puede haberse producido un daño importante
en nuestro cuerpo durante el tiempo en que el sistema inmunitario nos dejo
desprotegido y vulnerables a las infecciones.
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