¿Quiénes somos?
¿De dónde venimos? ¿Para qué estamos en este mundo? ¿Quién o quiénes armaron el
universo……………………………….
Las preguntas
sobre la existencia humana son infinitas, pero podrían resumirse en una: ¿Qué
es la vida?
VIDA, VIDA,
VIDA, VIDA, VIDA, VIDA.
Aunque no
sabemos por qué nos la han dado, aquí estamos caminando los caminos infinitos,
sinuosos, riesgosos, dolorosos, a veces abúlicos, a veces gratificantes, que
tiene la vida.
Entonces, mas
allá de toda interpretación y de todo juicio de valor, hay un hecho
contundente, estamos vivos !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Parecería
entonces que si el destino quiso que estemos aquí, de lo que se trata es de cómo
HONRAR NUESTRA VIDA. Y vivirla con la mayor conciencia posible de quiénes somos
y cuál es nuestro verdadero lugar en este mundo.
Esta es una
decisión que en algún momento podemos tomar y a partir de allí el desafío es
MIRAR.
Cómo podríamos
honrar nuestra vida sin honrar a los dos seres que nos la han pasado.
Cómo podríamos
honrar nuestra vida sin reconocer el sistema familiar al cual pertenecemos,
aceptarlo e integrarlo.
Cómo podríamos
encontrar el lugar que nos corresponde sin entender que somos leales y fieles a
nuestra familia, especialmente a nuestros padres. Y cuantas veces por esto, que
permanece en forma inconsciente, no podemos desarrollarnos con plenitud.
Cómo podemos
armar nuestro propio sistema, si antes no miramos para atrás y acomodamos lo
que está desordenado.
Cómo podemos
estar en paz si no hay un movimiento de equilibrio entre el tomar y el dar.
Cómo
entendernos, sin comprender la importancia de la vinculación.
“El niño
vive esta vinculación (a su sistema familiar) como amor y como felicidad,
independientemente de si el grupo podrá desarrollarse favorablemente o no, y
sin tener en cuenta quiénes y cómo son sus padres.
El niño sabe
que pertenece allí y este saber y este vínculo son amor, un amor que yo llamo
primitivo o primario. Esta vinculación es tan profunda que el niño está
dispuesto a sacrificar su vida y su felicidad por el bien del vínculo.”
(Extraído del
libro Felicidad dual, de Bert
Hellinger y su psicoterapia sistémica).
Entonces,
¿qué
es lo que hay que mirar?: desde lo personal yo diría que más que mirar sería
descubrir, aquello que está pero yo no veo.
El conflicto,
la angustia, la depresión, la falta de deseo, nos llaman a ver, a abrir nuestra
conciencia, a ampliarla, a mirar atrás, a darnos cuenta que muchas veces, en
forma inconsciente, respondemos a un sistema familiar que busca el orden y el
equilibrio y nos hacemos cargo de algo que tal vez no es propio, ni nos
corresponde hacerlo.
Lo que hay que
mirar son hechos, no interpretaciones de los hechos.
Lo que hay que
mirar es si hay secretos familiares, cosas ocultas, personas excluidas, muertes
tempranas.
Desde lo
profesional como terapeuta sé que tengo que mirar a esa persona y poder ver
casi en simultaneo, su pertenencia, de dónde viene, como si sus vínculos,
vivos o muertos, estuvieran acompañándonos sutilmente en cada encuentro.
Desde el
docente en la escuela, miraría al niño y atrás a sus padres, y trataría de
no juzgarlos sino de integrarlos, y aceptarlos.
Hay algo mas
misterioso y milagroso que dar la vida, como dice Tiiu Bolzmann, sólo podemos
tener un padre y una madre y esos son los correctos.
Y desde cada ámbito,
sea cual fuere, parece que nos completa cuando nos miran con todo lo que somos,
con todo lo que pertenecemos, aunque para la cultura pueda ser bueno o malo, y
justamente por eso a veces, no se mira.
Y CADA UNO
DE NOSOTROS, ¿COMO NOS ESTAMOS MIRANDO???????????
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