La
trasgresión como herramienta de vigor, puede servir a las personas mayores como
elemento de poder, ante las arbitrariedades recurrentes en nuestra sociedad.
Algunas personas sienten una especie de parálisis al notar algunos síntomas de
envejecimiento, en cambio otras, reaccionan con carácter favoreciendo la
confianza en si mismos.
La
investigación que los mayores deben emprender, está relacionada con el auto
conocimiento. Cuanto más se conozca una persona, mayor posibilidad tendrá de
“estar de acuerdo” con su carácter y enfrentar con firmeza, todos los obstáculos
que se le presenten. Desde las enfermedades hasta los prejuicios.
Es
fundamental entender que la vejez es un proceso natural de cambio. Que conlleva
cierta decadencia física, pero lo importante está en darle sentido a ese
cambio, sabiendo porque se produce y valorando todo lo vivido, lo bueno y lo
malo… pensar positivamente.
El
problema mayor no es la enfermedad, sino como se la tome. Son normales la
irritabilidad, la perdida de memoria y el insomnio… ¿cómo se pueden tomar
bien?
La
importancia de entender estos cambios desde su naturaleza, reside en por ejemplo
saber que nadie puede dormir bien a los 70, como lo hacia cuando era un bebe. En
el medio han pasado cosas que han modificado su conducta, pero también se
pueden comprender muchas otras, que antes eran enigmas indescifrables.
Después
de todo, el hábito hace al hombre, y hay quienes necesitan más o menos horas
de sueño… ¿se gana algo deprimiéndose por sufrir insomnio? ¿no será que
el problema se ha agravado por no comprenderlo?
La
calidad de vida está íntimamente relacionada con eso. Quienes desean
fervientemente ser adolescentes toda su vida, terminan generándose un conflicto
existencial terrible, llegando incluso hasta culpar a su propio cuerpo de sus
dolencias.
Otros
eligen rejuvenecer su apariencia, recurriendo a los avances tecnológicos
(siliconas, cirugías, productos dietéticos, etc) agrediendo a sus propios
cuerpos. Diciéndose a si mismos una y otras vez, “tengo que ser joven”, en
respuesta a un estereotipo ajeno.
Buscar
la juventud en los otros es uno de los tantos recursos que las personas con
conflictos de carácter, utilizan para sentirse bien, en equilibrio. Entra en
peligro entonces, la valorización de la experiencia, ¿o acaso el mundo estaría
mejor sin personas mayores? ¿dónde quedaría nuestra memoria?
¿Cómo
reaccionar?
-no
aceptar encasillamientos como “viejo” en el sentido despectivo de la
palabra.
-aceptarse
a si mismo y no negar nada de lo debería estar orgulloso
-un
ser humano es una persona. No importa la edad que tenga
-los
objetivos no se pierden con la edad
-sentirse
orgulloso de si mismo, por lo que uno hizo
En
el mundo, miles de ancianos mueren por causas evitables que se originan en la
discriminación de muchos sectores de la sociedad, para con ellos. Les es difícil
acceder a recursos básicos, por pertenecer supuestamente a un “sector no
productivo”, demostrando una vez más, la violencia que se ejerce.
Desde
los maltratos en hogares de ancianos, el aislamiento que cultivan sus familias,
son todas formas de violencia que los adultos mayores reciben actualmente. Una
solución, está en denunciarlo, en hacerlo público y no dejarlo pasar.
Las
vías más adecuadas en la Argentina son:
Instituto
contra la Discriminación: Tel.
4346-1773/4
Instituto
de la Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad:
Tel. 4338-490
Asamblea
por los Derechos Humanos: Tel.
4373-6073 o 4372-2061
El
único sendero de salida, es involucrarse. Los mayores adultos, deben conocerse
a si mismos, y animarse a sostener con carácter, todas sus expectativas y ganas
de transgredir. Nadie sobrevive al miedo, si lo utiliza como medio de vida.