Cuando se llega a una determinada edad
hay ciertas facultades que se van aminorando.
Desde el punto de vista físico, hay
muchos cambios en tu cuerpo a los que tienes que acostumbrarte.
En el marco laboral, tu actividad se
detiene o disminuye. Desde lo social, las salidas dejan de ser tan frecuentes.
Desde lo cognitivo por supuesto, hay ciertas facultades que van disminuyendo
gradualmente.
Dentro de las capacidades cognitivas se
encuentra la memoria. Es la encargada de recopilar información, guardarla y
utilizarla al ser necesario. Es frecuente que con el correr de los años la
memoria nos juegue en contra a veces, y es imprescindible que no dejes pasar
aquellas faltas de memoria que puedes tener.
La percepción es otra capacidad a la que
debes estar atento en caso de deterioro. La atención por su parte, es esencial
cuando quieres aprender algo nuevo, y a medida que creces notaras una leve des
mejoría, es normal.
El razonamiento te permite tomar una
información adquirida ya sea de algo que sucedió, viste o te contaron, y
evaluarla.
Las funciones ejecutivas son necesarias
para planificar una actividad y poder llevarla a cabo.
El lenguaje es otra capacidad cognitiva
a la que debemos agradecer los seres humanos. Se almacena en el cerebro y nos
permite comunicarnos.
No dejes pasar aquellos momentos en los
que te puedes haber desorientado espacio-temporalmente, coméntalo a un familiar
o medico. Puede que ese primer episodio te permita evitar futuros.
Por último y no menos importante, se encuentran las praxias. Puede parecer una
palabra rara pero no son más que la suma de todos aquellos movimientos
aprendidos y realizados involuntariamente como caminar, escribir, leer, etc.