¿Eres una mujer que incomoda a los hombres?
No es tarea sencilla saber lo que un hombre piensa realmente cuando se trata de
definir lo que una mujer provoca en ellos. Hay ciertas características femeninas
que no los atraen y seguramente sirvan de ayuda para tener en cuenta si el
hombre interesa.
¿Cuáles son los errores en los que fácilmente se cae sin darse cuenta?
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La asfixia: si hay algo difícil de contener es el no llamarlos todo el
tiempo por teléfono. Esto es algo que nada
atrae a los hombres y antes de
insistir o encapricharse con esta conducta, mejor tomar distancia y pensar
en que esto resulta muy molesto para ellos.
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Los celos: justificados o no, cuando no se controlan o se convierten en
anormales es motivo de irritación constante. Aquellas que ven fantasmas
donde no los hay y desconfían todo el tiempo deterioran mucho la relación y
la visión masculina de la relación.
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Llanto fácil: Si hay algo que los hombres valoran es la mujer segura de sí
misma y que ante las dificultades o situaciones amargas puede salir adelante
sin tener que ponerse a llorar. La debilidad e inseguridad no es algo que
atraiga, sino que alejará sin remedio.
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Infieles: Este tipo de mujeres puede resultar atractiva para pasar un
tiempo, pero si se está en una relación y se espera algo serio y duradero de
ella, no es la clase de mujer que les gustará tener al lado.
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Soberbias: Aquellas mujeres que aparentar más de lo que son y siempre tienen
respuesta para todos no caen bien. La humildad y el aceptar que equivocarse
es humano es más natural y sensato a la hora de comenzar un vínculo
sentimental con un hombre.
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Interesadas: A ellos no les gusta las mujeres que se la pasan indagando
sobre su solidez económica y no saben hablar de otra cosa sino de dinero,
propiedades y números.
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Invasoras: es sano mantener un espacio íntimo y al resguardo de todos.
Muchos hombres se sientan ahogados cuando sus parejas todo lo quieren saber.
El espacio y la libertad son dos virtudes muy necesarias.
- Usar el sexo como herramienta de poder: Al hombre le cuesta separar lo emocional de lo corporal. “Ellos deberían interpretar que cuando una mujer no quiere tener relaciones sexuales en muchas ocasiones es porque subyacen problemas a otro nivel y no pueden separar una cosa de la otra. Al hombre, hacer esta división le cuesta muchísimo menos y por eso lo pueden ver como una manera de ejercer poder”, sostiene la psicóloga argentina Marcela Pelayo.