La hora de ir al psicólogo ha llegado
Recuerdo perfectamente hace algunos años, cuando llegó a la consulta un paciente de aproximadamente 20 años. Llegó con cierta altivez al consultorio y me dijo:
– Yo, no estoy loco, estoy aquí porque mis papás me mandaron, pero no tengo problemas, sólo vengo por darles gusto – esto me lo dijo parado al ras del sillón, lo invité a sentarse y comenzamos a charlar.
Recuerdo que hablamos de su familia, de la universidad, sus diversiones, amigos, etc.
Pasó el tiempo, unos meses y tampoco olvidaré cuando después un día me dijo:
– Gaby, viéndolo bien, no es tan malo ir al psicólogo, es como poder contar con alguien para platicarle cualquier tema y que no lo va a divulgar, me has ayudado mucho y siempre te estaré agradecido – Hasta la fecha, en ocasiones, pasa por mi consultorio para saludarme.
Yo creo que esa persona cambió mi vida como psicóloga y me enseñó mucho, más que cualquier curso o libro, me enseñó a ver el mundo desde el paciente y no desde el psicólogo y ponerme, ahora sí, en sus zapatos, y crear ese ambiente mágico que lo ayudara a abrirse y que no me viera como enemigo, ni como cómplice de sus problemas.
Más bien como un aliado neutral con el cual cada semana podría acudir a tirar toda la basura emocional que sintiera y que saliera del consultorio libre, descargado, de todos esos problemas que después descubriríamos juntos, que realmente ¡sí tenia!
Ir al psicólogo cuando estamos chavos, lo vemos súper negativo. Casi siempre como castigo de nuestros papás, sentimos que nos llevan, no para ayudarnos, sino como para que ese “desconocido” nos cambie a la forma en que nuestros padres quieren que seamos y la realidad es que la mayoría de las veces, es la real expectativa de nuestros padres y la terapia no es para ser como los papás quieren que seamos sino para ser quienes somos.
Sin embargo, no es así. Ir a terapia es poder acudir a un espacio de contención donde el más importante eres tú. ¿Cómo te sientes?, ¿Qué piensas?
Buscar soluciones juntos e intentar descubrir nuevos y muy interesantes proyectos de vida. Es un viaje de auto-conocimiento y liberación de lo que te ata y te impide vivir contento y en paz.
Un psicólogo es alguien que esta ahí para ayudarte, escucharte y orientarte, suavizar tus broncas, acompañarte.
Es una persona incondicional con quien quizá no podrás salir a tomar un café, ni la copa, ni de fiesta, pero que siempre estará ahí cuando lo o la necesites y no habrá ningún temor, será tu confidente, no habrá juicios ni críticas; sólo habrá un espacio para ti, donde aprenderás a ser tú y crear la mejor compañía, que será después del tratamiento, la tuya misma
Por Psic. Gabriela Díaz Urbina
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