Al igual que las mujeres, en su infancia, los varones han jugado a ser grandes. Mediante la fantasía, se desempeñan roles que anticipan lo que algún día llegarán a ser y, de una u otra forma, se preparan para desempeñar uno que, probablemente, marcará una de las cosas más importantes en sus vidas adultas, se trata de la paternidad.
Según las especialistas del Instituto Oscar Masotta (IOM), sede Pilar, el padre y el rol que éste desempeña, así como la madre, son primordiales para los hijos.
Pero las funciones de cada uno no son rígidas o estáticas en cada integrante de la pareja, sino que se intercambian, y lo más importante, es que siempre ambas funciones estén presentes, sin importar quien las ejerza.
“Padre y madre son primeros y sin una célula de cada uno de ellos, hasta ahora, es imposible la generación de vida humana.
Pero, como siempre, los humanos somos bastante complejos y no es tan sencillo esto de hacer coincidir al portador del óvulo y espermatozoide, es decir al genitor, con aquel por quien sentimos el amor y el respeto que nos lleva a nombrarlos mamá y papá”, explica Andrea Dolera del IOM, delegación Pilar.
“A diferencia del resto de los animales, los humanos, por el sólo hecho de hablar diferenciamos a aquellos que nos hicieron “biológicamente” de los que cumplieron las funciones maternas y paternas.
En muchos casos los genitores son los que encarnan estas funciones, en muchos otros dichas funciones son sostenidas por otras personas”.
Rol paterno y complementación de roles
Según la especialista, cada integrante de la dupla mamá-papá tiene una función que se caracteriza por una nota diferente, estas son intercambiables “si la función materna se caracteriza por prestar el cuerpo, nutrir, alojar y la paterna por poner un límite a esta comodidad -de la que nunca saldríamos, a riesgo de no crecer-, darnos un apellido, abrirnos las puertas para ir a jugar para poder enlazarnos con los otros e ingresar en la cultura; cuando un “papá” cambia a su bebé o le da la mamadera y cuando una “mamá” dice que “no” a un pedido caprichoso de su hijo, ese papá ejerce la función materna, tanto como esa mamá la paterna, y esto no los hace peores o mejores”.
“Sin embargo, es importante que ambas funciones estén presentes y se encarnen en algún miembro del grupo familiar”.
Rol paterno y satisfacción en la paternidad
Las satisfacciones que produce la maternidad por mucho tiempo fueron propiedad de las mujeres, pero hay una nueva generación de hombres que descubrieron lo lindo que es compartir la vida con un niño.
Lejos de idealizar, casi todos los padres y las madres que se precien de tales, en algún momento sintieron lo insoportable de esta función, pero a la vez experimentaron placer al acompañar un hijo a la calesita, al verlo actuar la primera vez en el jardín, al recibir el beso de las buenas noches.
Este placer es el que antes estaba reservado a las mujeres y ahora los hombres disfrutan y quieren compartir.
“Pero esto no los exime de sus otras funciones, porque los hijos no necesitan papás-maternizados ni mamás-todopoderosas.
Lo que necesitan son papás y mamás que deseen acompañarlos en la vida ayudándolos a hacerse independientes de ellos, cada cual con su estilo porque además de ejercer la función de padres y madres, son también hombres y mujeres que desean realizarse; sólo desde allí permitirán que esos “locos bajitos” como decía Serrat, algún día les digan adiós y vayan en busca de sus sueños”, concluye Dolera.
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