La mujer madura

La mujer madura sabe lo que realmente quiere. Se conoce lo suficiente a sí misma para saber...

Dónde, cuándo, cómo y con quién quiere realizar algo, sin importar el qué dirán, y aún muchas veces por encima de la opinión de su pareja; esto es sinceridad. 

La  mujer madura nunca se involucra en un escándalo.  Si descubre una infidelidad, no se pondrá a la altura de ninguna otra mujer, sino que conservará  su compostura con firmeza y decisión, pero  sin  vacilar un instante para poner en su sitio a quien la  traiciona; esto es  dignidad. 

La  mujer madura conoce sus atributos y no siente temor ni celos de reconocer los de otra  mujer aunque  no sea de su agrado, porque ella sabe que para cada quién existe su cada cual; esto es  equidad. 

La mujer madura no necesita que su pareja le de un calendario de actividades para ella saber dónde está y qué hace, porque se siente ama y señora de la situación; esto es seguridad. 

La mujer madura no revisa a su pareja cuando llega ni le despierta a media noche para preguntarle qué está pensando,  sabe que su compañero está con ella y no necesita reafirmar su seguridad en sí misma con estos detalles; esto es carácter. 

La mujer madura mantiene su espacio y no invade el de su pareja, sabe reconocer que no es propiedad ni  tampoco propietaria de nadie, porque tiene  amor por sí misma y por su compañero; esto es respeto. 

La mujer madura sabe aceptar las  diferencias de gustos sin hacer pataletas para salirse con la  suya, acepta sus derrotas sin manipular la situación; esto  es  humildad. 

La mujer madura no se guarda una palabra de apoyo o un gesto de aprobación, porque conoce el valor de sentirse apreciada; esto es generosidad. 

La mujer madura no busca vengarse con las mismas armas, ella conoce el dolor que ocasiona y cuánto lastima una palabra o un  gesto inoportuno; esto es lealtad. 

La mujer madura no teme decir la verdad de una manera clara y serena sin enmascarar sus sentimientos pero sin lastimar al otro; esto es honestidad. 

La mujer madura no necesita poner un espía detrás de nadie, a ella le basta una mirada para develar el alma de quien  comparte su  vida; esto es confianza. 

La mujer  madura ha aprendido a interpretar la vida, conoce su lugar y lo asume con propiedad porque conoce  su papel en la  vida, ama simplemente  y se deja amar; esto es sabiduría. 

Por Alex Cardenas Narvaez
Ing.Industrial
Cali – Colombia

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