La investigación psicológica, define a la red social, como aquellas personas que son significativas en la vida del individuo y con quienes él interactúa regularmente y las investigaciones han definido múltiples dimensiones de la red. Sin embargo, sólo dos de ellas están relacionadas con la soledad.
La primera es el número de redes relativas que posee la persona y la segunda, es la solidez de la red, el grado en el cual los miembros de la red social están Interconectados entre ellos.
La solidez de la red es la más relacionada con la soledad, ya que en ella, tanto la familia como los amigos se encuentran interconectados, indicando que la persona es parte de una comunidad de relaciones; de este modo, estaría fuertemente asociado a los niveles más bajos de soledad, proporcionando a las personas un sentimiento de comunión, de pertenencia a un grupo, lo cual atenúa los sentimientos de soledad.
Variables de la soledad
Las características estructurales, en nuestra sociedad, definen las oportunidades que las personas han alcanzado y mantenido en una red de relaciones sociales.
- Estatus marital o relación abierta: La mayoría de las investigaciones muestran un efecto protector mutuo entre ambos compañeros, y con relación a la salud de la pareja, se concluyó que las personas que mantienen una sana relación de pareja son más felices y menos gustosos de estar solos, que los que no mantienen una relación de ligadura emocional. El bajo grado de consideración de la importancia de la relación de pareja, del núcleo familiar y social, es un factor provocador de soledad.
- Lugar donde se vive: Estudios hechos en Holanda y Alemania, indican que en los últimos años ha habido un creciente aumento de viviendas de no casados y de personas que viven solas, demostrando además, que los que viven solos se correlacionan positivamente con la soledad. En Europa, las instancias para atender a los adultos mayores, son adecuadas, suficientes y proporcionan una verdadera atención integral, factor que promueve el estado de vivir solos en forma agradable.
- Estatus de ocupación: Existen ciertos tipos de trabajos que estarían correlacionados positivamente con la soledad, un ejemplo, son aquellos trabajos de tiempo completo.
- Condiciones de vida: La vida urbana, con su evidente movilidad social, hace prácticamente imposible establecer una óptima red de relaciones sociales; sin embargo, la gente que se muda constantemente aprende a establecer rápidamente nuevas redes sociales, después de haber llegado a la nueva comunidad (traban fácilmente relaciones de amistad con los vecinos), lo que atenuaría la soledad.
Siempre se ha confundido soledad con depresión, sin embargo, pese que una no depende de la otra, podrían tener un origen en común. La soledad es un importante área para la investigación, que ha sido postergada por algunos problemas tales como la dificultad para distinguir entre soledad y depresión, que menudo se correlacionan.
Según ciertas teorías, la soledad y la depresión poseen importantes diferencias; Weiss afirma que en la soledad la persona puede liberarse de la angustia de sentirse solo, para relacionarse nuevamente con la gente; en cambio, en la depresión la persona, más bien se rinde a estar sola.
Para encontrar las posibles relaciones causales entre soledad y depresión, se deben vincular los datos de correlación entre ellas. Al menos tres causales de relación parecen plausibles:
· La soledad prolongada puede ser una causa de depresión.
· La depresión, puede causar en la gente la reducción de la actividad social, quedando finalmente sola.
· El término de una relación puede producir ambas simultáneamente.
La soledad y la depresión ocurren como estados de ánimo transitorios, y cuando se mantienen en forma estable por algún tiempo se considera usualmente que estamos en presencia de un problema psicológico.
Se presentan diferencias según el sexo, la edad y el estilo de vida; y de acuerdo a esas variantes se podría entender que es un estado individual que cada persona vivirá en forma diferente, por lo que es muy difícil establecer patrones generales de reacciones ante el sentimiento de soledad.
Se considera que las mujeres son más depresivas, aunque menos solitarias que los hombres, y en la adolescencia hay un estado “natural” de soledad, por los cambios propios de esta etapa.
El estilo de vida, por su parte, incluye varios niveles: el grado de formación escolar, la integración familiar, la posibilidad económica, la religión, el clima, el deseo de convivencia, etc.
Algunas investigaciones presentan diferentes perspectivas, según las características de la personalidad, asociadas y vinculadas a la soledad; por ejemplo, las personas que son aptas para ser introvertidas y menos atrevidas para tomar riesgos, son sujetos solitarios que han demostrado poseer una baja autoestima, que pueden atribuir sus fallas a falta de habilidades para tener motivación y ánimo parar relacionarse con otras personas, aún de la familia y conocidos, teniendo escasas o nulas amistades, por su misma actitud ante la vida.
Estas características hacen de la persona, una compañía indeseable, reduciendo aún más sus relaciones sociales disponibles y además influyen en su conducta interaccional haciendo que mantengan relaciones dificultosas.
Las personas abiertas, extrovertidas, con una red social amplia y satisfactoria, asumen los retos que la vida presenta, buscan y aprovechan las oportunidades (y las valoran, como verdaderas oportunidades), y además ocupan su tiempo con actividades “socialmente” enriquecedoras.
Estas personas necesitan, por lo mismo, de momentos de soledad que manejan como tiempos para el relax y el descanso del bullicio social. Es un estado temporal, del que pueden salir cuando, otra vez, sus redes sociales reclamen su presencia.
Por Gloria Molina Pérez y Adriana Judith Saldaña Lozano
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