El suicidio entre los adolescentes, ha tenido un aumento dramático recientemente
en todo el mundo. El suicidio es la tercera causa de muerte más frecuente para
los jóvenes de entre 15 a 24 años de edad, y la sexta causa de muerte para
aquellos de entre 5 a 14 años.
Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas
de sí mismos, presión para lograr éxito, incertidumbre financiera y otros miedos
mientras van creciendo.
Para algunos adolescentes, el divorcio, la formación de
una nueva familia con padrastros y hermanastros, o las mudanzas a otras nuevas
comunidades pueden perturbarlos e intensificarles las dudas acerca de sí mismos.
Para ellos, el suicidio aparenta ser una solución a sus problemas y al estrés.
La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden
tratar, hay que reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños
como en adolescentes y se debe desarrollar un plan de tratamiento apropiado.
Cuando hay duda en los padres de que el niño o el joven pueda tener un problema
serio, un examen psiquiátrico puede ser de gran ayuda.
Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión.
Los
padres deben de estar conscientes de las siguientes señales que pueden indicar
que el adolescente está contemplando el suicidio:
• cambios en los hábitos de dormir y de comer
• retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales
• actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa
• uso de drogas o de bebidas alcohólicas
• abandono fuera de lo común en su apariencia personal
• cambios pronunciados en su personalidad
• aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la
calidad de su trabajo escolar
• quejas frecuentes de síntomas físicos, tales como: los dolores de cabeza, de
estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional
del joven
• pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones
• poca tolerancia de los elogios o los premios
Los
adolescentes
que están contemplando el suicidio también pueden:
• quejarse de ser una persona mala o de sentirse abominable
• lanzar indirectas como: no les seguiré siendo un problema, nada me importa,
para qué molestarse o no te veré otra vez
• poner en orden sus asuntos, por ejemplo: regalar sus posesiones favoritas,
limpiar su cuarto, botar papeles o cosas importantes, etc.
• ponerse muy contento después de un período de depresión
• tener síntomas de sicosis (alucinaciones o pensamientos extraños)
Si el niño o adolescente dice, yo me quiero matar o yo me voy a suicidar, tómelo
muy en serio y llévelo de inmediato a un profesional de la salud mental
capacitado.
La gente a menudo se siente incómoda hablando sobre la muerte, sin embargo,
puede ser muy útil el preguntarle al joven si está deprimido o pensando en el
suicidio.
Esto no ha de ponerle ideas en la cabeza, por el contrario, esto le
indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de
hablar acerca de sus problemas.
Si el niño o adolescente dice yo me quiero matar o yo me voy a suicidar, tómelo
muy en serio y llévelo de inmediato a un profesional de la salud mental
capacitado.
Con el apoyo moral de la familia y con tratamiento profesional, los niños y
adolescentes con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino
más saludable.
Para
saber más sobre el tratamiento de la depresión,
inscríbete ahora en
nuestro curso gratis Prevención y
tratamiento de la depresión. Un completo curso, de utilidad tanto para
profesionales como para pacientes y sus familiares.