Las
situaciones que generan dependencia comprometen la salud del individuo. “No
importa qué tipo de obsesión se desarrolle ya que cuando no es posible
establecer un control ni un límite se estará ante una problemática que es mejor
solventar cuanto antes”, comenta el psicólogo colombiano Mauricio Henao.
El apego
a la moda, al amor y a la belleza es característico de la mujer.
“Dentro de
este entorno de aspectos dependientes podemos también mencionar subapegos como
el del ejercicio físico íntimamente ligado a lo estético y la adicción a las
cirugías estéticas que cada vez está más de moda.
Hoy todo es operable, todo es
accesible, todo se paga en cuotas y basta con llevar una foto para que un médico
transforme por completo la imagen de un individuo”, sostiene el
especialista.
El apego
y la adicción son lo mismo, “sólo que las adicciones están clasificadas y
catalogadas mientras que muchos de los apegos que hemos mencionado y que existen
están socialmente aceptados”, destaca el profesional.
En cuanto
al apego al juego compulsivo, a la tecnología, al trabajo, al dinero o al poder,
éstos se relacionan más con los hombres.
“Todas estas adicciones, más allá de
que definan a un género o a otro son igualmente peligrosas y deben solucionarse”,
sostiene el experto.
Todo tipo
de apego crea una actitud dependiente. “El individuo cree que sin él la vida
no tiene sentido. Es imposible renunciar a un deseo, a una idea, a un objeto o a
una circunstancia o a una persona”, sostiene el especialista
Cómo reaccionan hombres y mujeres frente al apego:
“La mujer es más inteligente que el hombre ya que procura preservar su salud
mental y consulta con mayor facilidad a un especialista.
No tiene vergüenza en
asistir a una consulta y plantear la problemática de la que está siendo víctima.
El hombre es más reacio, piensa que puede revertir sus conflictos sin ayuda de
nadie, pero cuando advierte que esto no es posible a veces es demasiado tarde”,
determina el Henao.
1.-
Cuantos más desapegos una persona pueda quitarse de encima, más posibilidades
tendrá de conocerse a sí mismo.
“Hay que actuar como una cebolla e ir
quitándose capas de encima que lo único que hacen es destacar la carga que se
lleva, pero que no producen ningún efecto positivo”, opina el experto.
2.-
Recuperar la tolerancia a la espera. “Una de las características de la
persona apegada es que no puede autocontrolar su deseo.
Lo que provoca su
adicción lo debe tener constantemente en un modo de auto satisfacción y si no lo
tiene se desespera. Hay que intentar relajar un poco ese comportamiento.
Proponerse desconectarse del motivo adictivo primero por unos segundos, luego
por unos minutos hasta ir controlando cada vez más esa necesidad imperiosa de
tener que estar constantemente alerta y motivado por aquello que ocasiona la
dependencia”, aconseja el especialista.
3.- Crear
espacios de reflexión. “¿Es realmente imprescindible para mí este apego?, ¿me
define?
Es asombroso ver cómo con la contestación a tan simples preguntas es
posible comenzar a mejorar ya que nada ni nadie es imprescindible.
A partir del
momento en que se entiende eso, comenzamos a ser libres, independientes y dueños
de nuestra propia vida. Nadie nos controla no tenemos amos. Somos nosotros
mismos”, destaca el psicólogo.
Uno no es
lo que posee. “Hay que quitar los puntos de referencia, verse solo en el
camino ya que el ir quitando obstáculos del medio hace que nos encontremos solos
con nosotros mismos.
Hay que ir restando para que la suma se produzca, para
determinar quién es realmente uno y qué necesitamos para funcionar libremente”,
finaliza reflexionando el profesional.
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