Lo cierto
es que la no consumación del matrimonio (generalmente proveniente de causas
psicológicas profundas), tiene consecuencias jurídicas y religiosas:
– A nivel jurídico
se puede pedir la nulidad del matrimonio.
– A nivel religioso
también habilita a dejar sin efecto el matrimonio como si nunca hubiera existido
y a poder casarse de nuevo por iglesia (al menos en la Iglesia Católica).
Este
trámite no lo puede realizar cualquier abogado sino una pequeña elite habilitada
por la Curia. Además, de esto no se habla…:-)
Mucha
gente siente
vergüenza de confesar que su matrimonio no se ha consumado.
Algunos siguen juntos a pesar de tener ese problema. Algunos acuden a terapia
sexológica a intentar resolverlo y otros al abogado.
En este caso, actualmente la mayoría prefiere tramitar un
divorcio vincular, que
disuelve el vínculo y habilita a contraer nuevo matrimonio, antes que exponer al
otro/a y exponerse a sí mismo/a en juicio donde se ventilen tales intimidades y
además haya que probarlas.
Cuando no existía el divorcio vincular, el camino elegido era el juicio de
nulidad de matrimonio, para recuperar el estado civil de soltero/a y poder
volver a casarse.
Me tocó intervenir siendo muy jovencita en la nulidad de matrimonio por
impotencia del marido de una muy famosa actriz, hoy fallecida.
Era por entonces
un sex-simbol, que nadie podía imaginar que tuviera un matrimonio no consumado.
El marido, avergonzado, se fue a vivir al exterior.
A quienes les interesa más obtener una nulidad de matrimonio que una sentencia
de divorcio es los muy católicos, ya que eso los habilita a pedir la nulidad de
matrimonio por iglesia también y pueden volver a casarse a nivel religioso
también.
A los que no les resulte relevante el matrimonio religioso, tienen un camino más
sencillo desde lo jurídico, tramitando un divorcio vincular.
Por Dra.
Mirta Núñez
Abogada, Psicóloga Social
Coach
Personal
4373-1938
www.mirta-nunez.com.ar