Una traición siempre provoca frustración y mucha tristeza. Si ésta fue originada
por un familiar, mucho más difícil resultará asimilar lo sucedido.
“En estos
casos, lo que más duele no es la pérdida del dinero sino el engaño al que se ha
sido sometido por parte de alguien a quien le tenemos afecto y confianza. Si la
falta no se resuelve, será imposible restablecer la relación”, expresa la
abogada especialista en relaciones familiares, la española, Irene Clavé Sern.
Lo que hay que hacer en estos casos es hablar con la otra parte. “Siempre es
conveniente que sea un abogado el que se pone en contacto para poder aclarar en
los mejores términos posibles lo ocurrido.
Una vez que se haya recogido toda la
información, se verá la mejor manera de actuar y de seguir adelante con el
debido proceso”, determina la especialista.
Hacer negocios con gente de la familia tiene sus riesgos. “Por más confianza
que exista, siempre hay que dejar todo por escrito.
La palabra es importante,
pero a fines legales no tiene valor y lo que hay que hacer es crear un documento
en donde todo lo que se entrega o se recibe está debidamente estipulado en
cláusulas.
Es la única manera de mantener las condiciones en su sitio y que
nadie pueda aprovecharse de la buena fe del otro”, aconseja la abogada.
El abuso de confianza y el fraude pueden considerarse delitos
por los que hay
que responder. “Si no hay nada firmado, lo más idóneo es reclamar
amistosamente lo que es pertinente ya que no hay muchas instancias a las que se
pueda recurrir si no hay un documento de por medio que registre lo que ha
ocurrido.
Por eso, siempre es mejor tener una actitud precavida. Es mejor quedar
como una persona desconfiada que hace firmar un papel a un hermano, padre, hijo
o cuñado, pero cubrirse las espaldas a corto o largo plazo”, recomienda la
profesional.
Cómo manejar las cuestiones de negocios en la familia
1.- Por más familiar directo que sea, en cuestiones de negocio hay que manejarse
como si se tratara de extraños. Todo debe quedar por escrito. “Es muy
conveniente que sea un profesional el que redacte los acuerdos y que pueda
asesorar siempre que sea necesario”, opina la especialista.
2.- No dejarse llevar por el entusiasmo o las prisas del familiar y no firmar
nada que no se entienda. “Siempre es mejor contar con la mirada profesional
de un abogado que pueda analizar los acuerdos o contratos. Es una manera de
evitar sorpresas desagradables que luego son difíciles de deshacer”, destaca
la abogada.
3.- Para evitar malos entendidos y malas acciones, hay que dejarle muy en claro
al familiar con el que se está entablando un negocio, que el trato dispensado
será profesional y que se lo considerará un integrante más del negocio sin que
existan privilegios por tratarse de una persona allegada.
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