Metas de fin de año: el primer paso para hacer realidad tus sueños
Claridad en la meta. Este es el
primer paso fundamental que debes dar camino a ese preciado sueño que tienes.
Cuando las personas no tienen claridad hacia dónde dirigir sus pasos, cualquier viento que sople será bueno… pero lo más probable es que te lleve a un lugar en donde no querías estar.
En cambio, cuando tienes clara tu visión se te facilitan muchas cosas: en primer lugar, te será más fácil tomar decisiones, porque tendrás una idea mucho más específica de qué cosas permitirán que te acerques a tu sueño y qué cosas te alejarán.
La otra gran ventaja es que estarás instalando una especie de “chip” en tu cerebro que hará que se convierta en una especie de radar, captando las oportunidades, personas o circunstancias que se te presenten en el medio ambiente que te ayuden y empujen a llegar adonde quieres.
Cuando describas tu sueño o meta, procura ser lo más específico posible. No funciona si lo describes como “quiero ser el mejor líder de ventas de la compañía”, “quiero tener mi propio negocio” ó “quiero comprar un ferrari”. Todas estas descripciones son muy vagas.
No tengas miedo, sé ambicioso. Entre más claridad tengas más fácil será que las consigas.
Si quieres ser el mejor líder de ventas de la compañía, ¿qué significado tiene esto para ti? ¿Qué significa ser mejor líder? ¿Cuánto es el nivel de ventas para serlo? ¿Cuánto tiempo te llevará llegar hasta ahí?
Si quieres tener tu propio negocio: ¿De qué negocio hablas? ¿Quién será tu mercado meta? ¿Qué productos venderás? ¿Cómo te imaginas la fachada de tu negocio? ¿Cómo se llamaría?
Si deseas comprar tu ferrari: ¿cuándo lo quisieras tener? ¿De qué color? ¿Cómo serán los asientos? ¿Qué sentirás al estar sentado frente al volante? ¿Cómo sonará el motor?
La clave está en que describas tu sueño como si ya se hubiese materializado. Qué verías, qué sentirías, qué escucharías. Describe la experiencia completa. Y escríbelo. Anótalo en una hoja o en tu computadora. Léelo todos los días, hasta que quede arraigado en la médula de tus huesos.
Así es como empiezan los sueños.
Ahora bien, muchas personas tienen miedo de soñar. ¿Sabes por qué? Porque o bien consideran que llegar a la meta está muy lejos o lo que es peor, se sienten incapaces de lograrla.
Tal vez hayas tenido experiencias pasadas de fracaso Si es así, te recomiendo que, además de especificar muy bien tu meta, te auto analices tratando de descubrir aquellos hábitos personales que están boicoteando tu propia felicidad.
Posiblemente tengas algunos tan arraigados e inconscientes, que te cueste un poco descubrirlos. Pero te voy a dar una fórmula que te facilitará las cosas: entrevístate con alguien que admires y saca un perfil de sus hábitos de éxito. Luego compáralos contra los que tú tienes y podrás darte cuenta con más facilidad lo que tienes qué corregir.
Existe también la posibilidad de que tus experiencias pasadas de fracaso se hayan debido a causas, aparentemente, fuera de tu control. Subió el dólar, tu principal proveedor te quedó mal, aquel contrato con un cliente que iba de maravilla te lo canceló de último momento, descubres que uno de tus colaboradores te está robando desde hace tiempo.
Que te sucedan una o dos reveses dentro de tus planes es algo aceptable. Pero si de manera constante te está ocurriendo, esto significa que estás atrayendo patrones de fracaso y negatividad hacia ti. Tienes algún bloqueo emocional o energético que te está impidiendo llegar a donde quieres.
Entonces en este caso tienes qué buscar el modo de fluir con el proceso de la vida. Y si es necesario buscar apoyo externo para que lo consigas, hazlo de inmediato. No tienes por qué estar sufriendo todo el tiempo y convertirte en víctima de tus propias programaciones que seguramente adquiriste durante tu niñez.
Mereces crecer. Mereces ser grande. Mereces ser feliz. No permitas que nada ni nadie te lo impida, ni siquiera tus propias limitaciones. Lucha con uñas y dientes por lo que quieres. Vale la pena. Así se forjan los líderes.
Por Leticia Barrios
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