Respuesta: ¡Diez mil horas de práctica!
La mayoría de las personas dirían que simplemente hay personas más dotadas que
otras.
Sin embargo, estudios recientes han revelado un hecho asombroso: Se determinó
que hay un factor común en todas las personas que se destacan en un área: Más
que su talento innato, es la oportunidad y el trabajo duro que los lleva al
éxito.
Anders Ericcson de la Universidad del Estado de Florida estudió a miles de
estudiantes de una academia elite de música en Berlín.
Descubrió que aquellos
violinistas que tenían el potencial de alcanzar fama mundial como solistas
habían practicado alrededor de 10.000 horas antes de alcanzar los veinte años,
mientras que el resto de los alumnos habían entrenado solo un par de miles de
horas en su vida.
El mismo patrón se hizo evidente al comparar las horas de entrenamiento de un
pianista amateur con un pianista profesional.
Los amateurs no habían entrenado
más de 3 horas semanales durante su niñez y llegaban a los 20 años de edad con
un total de dos mil horas de práctica.
Los violinistas profesionales en cambio,
aumentaban su ritmo de entrenamiento cada año hasta completar 10.000 horas de
práctica a los veinte años, al igual que los violinistas.
(Harvard Business Review, pdf.
http://www.coachingmanagement.nl/The%20Making%20of%20an%20Expert.pdf)
Aparentemente, el número de las horas de entrenamiento fueron más decisivas en
el éxito de los músicos que el talento por sí solo.
Ericsson corroboró sus hallazgos con el asombroso hecho de que no encontró un
solo estudiante talentoso que llegó al estrellato practicando solo una fracción
del tiempo de sus pares.
Tampoco encontró el caso contrario: Aquél estudiante
diligente y esforzado, menos dotado de talentos, que alcanzaba el éxito sólo por
practicar duramente.
Estos hallazgos sugieren que, una vez que un estudiante logra entrar a una
escuela de buen nivel, lo único que lo distinguirá de sus pares es el tiempo y
el esfuerzo que invierte en sus estudios.
Nada más. No se distinguen por trabajar más, sino por trabajar mucho, mucho
más.
Otros investigadores han llegado a conclusiones parecidas. Al estudiar la vida
de compositores, deportistas, autores, jugadores de ajedrez, incluso de
criminales expertos, etc., se ha determinado que se requieren aproximadamente
10.000 horas de práctica para llegar a ser un experto de categoría
internacional.
Parece que el cerebro humano requiere esa cantidad de horas para
alcanzar el dominio completo de cualquier
disciplina.
La regla de los 10 años
Además existe la regla de los 10 años. Estudios conducidos por Benjamin Bloom en
la Universidad de Chicago han demostrado que se requieren al menos una década de
esfuerzo enfocado antes de alcanzar renombre mundial en cualquier área de
especialidad.
Bloom estudió la vida de un conjunto de 120 expertos en áreas tan
diversas como atletismo, artistas, bioquímicos, artistas y matemáticos y vio que
cada uno de ellos se demoró una década de trabajo duro y esfuerzo constante
antes de llegar a ser un experto en su área.
Destacados nadadores olímpicos entrenan 15 años en promedio antes de poder
integrar el equipo olímpico. De la misma manera, los mejores pianistas
profesionales invierten 15 años de práctica antes de alcanzar la fama mundial.
Los genios se hacen, no nacen
En una colección de reseñas de expertos de la Universidad de Cambridge (Cambridge
Handbook of Expertise and Expert Performance, Cambridge University
Press, 2006) se concluye que lo que comúnmente se denomina como "genio", es
producto de una habilidad natural que no necesariamente sea extraordinaria, un
mentor excelente, instrucción de calidad y una considerable inversión de trabajo
y esfuerzo.
Ericsson, Profesor de Psicología de la Universidad de Florida, comenta: "Es
complicado explicar cómo se gesta un genio y por qué su manifestación es tan
poco frecuente, pero no es magia, y no es talento innato.
Se manifiesta cuando
se conjugan factores críticos que le permiten a una persona inteligente invertir
un esfuerzo sostenido y enfocado hasta lograr la maestría en un área de
experiencia."
El profesor prosigue: "Éstas personas no necesariamente poseen un IQ
sobresaliente, pero casi siempre se desenvuelven en un medio que los apoya y son
guiados por excelentes mentores. Lo que todos siempre presentan es una
extraordinaria inversión de esfuerzo y tenacidad."
La conclusión del profesor es que, por un lado esto nos anima, ya que demuestra
que cualquier persona "común y corriente" posee la capacidad de alcanzar grandes
logros en su vida.
Por otro lado, la cantidad de esfuerzo que es necesario
invertir para lograr la excelencia es aplastante. Generalmente invierten 5 veces
más de tiempo y de esfuerzo que una persona amateur que logra cierto nivel de
competencia.
(Gladwell, Malcolm: "Outliers:The Store of Success".
Little, Brown and Company, USA, 2008.)
Y no toda persona estaría dispuesta a hacer un sacrificio de tal envergadura
para llegar a tener éxito en la vida.
Por Bettina Langerfeldt
http://EducacionParaElExito.com