Psicovideoacústica: Sanar la Crisis de la Separación

La psicovideoacústica es una rama de la psicología, con un enfoque sistémico y transpersonal, creada por el autor de esta nota. Aquí te la presentamos…

Viaja a las remembranzas de algún evento triste y el día se pondrá nublado, recuerda un suceso feliz y volverá a salir el sol.

Divorcio, angustia, ansiedad…

Lucía, mujer madura, padecía de insomnio, migraña y crisis recurrentes de ansiedad. Un evento dramático, su reciente divorcio, la tenía, según sus palabras, ‘atrapada en un torbellino de dolor (…) mi rabia, mi impotencia son como un sarcófago’.

Así había recurrido a tratamiento psicológico. Relató cómo en una de las sesiones de perdón la terapeuta –que se apoyó en la musicoterapia– le pidió que recordara los sucesos que culminaron en divorcio, las emociones que sentía en esos entonces, de la forma más real posible. Mientras recordaba, con los ojos cerrados, la terapeuta puso un cd de música new age tan sentida que Lucía, semanas después, aún podía tararear la melodía del violín.

Lo que no se explicaba era por qué desde entonces, lejos de acercarse al perdón para con su ex marido y a la paz consigo misma, sentía –sincerándose- más odio hacia su ex, la no aceptación de su nueva realidad y más intensos los síntomas.

El método de musicoterapia era correcto: música seleccionada previamente para ayudar al fluir de las remembranzas, provocar una atmósfera relajante y facilitar el proceso terapéutico.

La psicóloga es competente y profesional en su materia, sin embargo algo había fallado. Este es uno de los particulares que suceden a la mayor parte de los sanadores que trabajan con sonido armónico.

Las sesiones con sonidos de campanas, percusiones menores, ocarinas, tambores en ostinato y otros instrumentos elementales (de las diversas tradiciones del mundo) no causan mayor problema, por ello el terapeuta que no tiene sólida formación musical encuentra apoyo en los instrumentos primitivos, pero al entrar al terreno de las músicas más elaboradas el procedimiento no es tan sencillo (la fascinación por Mozart se explica porque el terapeuta poco versado en música recurre a la receta común).

En el caso que nos ocupa sucedió algo particular: se desencadenó un efecto emocional en donde la música apasionada del violín exacerbó la imagen haciendo de esta una especie de recuerdo cinematográfico indeleble, por lo que el dolor psicológico de la paciente lejos de aliviarse se incrementó por el poder magnificente del mensaje sonoro.

Querámoslo o no, la cultura auditiva y visual de los últimos decenios, significan una parte muy importante en nuestra vida cotidiana: el cine, el video, la radio, la televisión, el universo net, han conformado ciertos patrones mentales que influyen de manera poderosa en nuestra comprensión de lo que conocemos como realidad. La psicovideoacústica trata de esto.

Los malestares (insomnio, ansiedad) de Lucía se resolvieron en pocas sesiones (la migraña se hizo más espaciada y menos intensa), para ello se utilizó la misma técnica de la musicoterapeuta con la variante musical adecuada, en este caso música en modo menor, sin medida de percusión, con acordes largos (sin tensión armónica) y en un ritmo aproximado de 60 golpes por minuto.

Los temas seleccionados para manejar los recuerdos difíciles del proceso del divorcio se hizo con música ‘neutra’ (orquestal contemporánea), para las visualizaciones de fortalecimiento de autoestima música épica orquestal, para la mejor comprensión de la separación y colocar la situación en su dimensión real música delicada del oriente.

Es decir, se realizó un estudio específico para recetar el fondo musical adecuado al tratamiento.

Quizá este método pareciera poco científico y se diría que hasta sencillo, no es así, es ésta una especialidad que exige conocimiento de la psique humana, de la música (cuando el tema que se requiere no está en tiendas, habrá que componer) y de las ciencias de la comunicación (especialmente las más ricas en mensajes visuales).

El "gurú" John Williams

La musicalización de una película, de un comercial, de un segmento noticioso es un asunto muy serio para los realizadores, productores y psicólogos de medios quienes seleccionan cuidadosamente el material acústico para enviar el correcto mensaje sonoro (complemento indispensable del mensaje visual), de no ser así, las empresas multinacionales no gastarían tantos millones de dólares en esto, lo que significa que el mensaje sonoro es una responsabilidad reservada para especialistas.

La labor de un musicoterapeuta debería tener el mismo compromiso, no conformarse con estirar la mano y tomar el primer cd que aparezca y utilizarlo indiscriminadamente o –lo más común- un repertorio limitado para todo el espectro psicoemocional.

Sostengo este planteamiento con una experiencia de más de treinta años de conocer a fondo los medios de comunicación así como mi trabajo como músico y musicalizador y su relación con la terapéutica.

En las pláticas que doy de este tema hago referencia a la fuerza de las músicas del extraordinario músico manipulador de las emociones en el contexto cinematográfico, John Williams ("Perdidos en el Espacio", "Aventura del Poseidón", "Supermán", "Tiburón", "La Guerra de las Galaxias", "Encuentros Cercanos del Tercer Tipo", "E.T.", "El Retorno del Jedi", "JFK", "La Lista de Shindler", "Memorias de una Geisha", entre muchas otras de primer nivel. Para escucharlo clickear aquí) cuyos temas son –me atrevo a decirlo- quizá de mayor valor para el terapeuta que la de otros autores musicales new age cuyo formato es el estándar armónico y la inspiración artística.

El gurú John W. tiene un repertorio rico en disparadores psíquicos, sus temas son absolutamente visuales.

Los tres divorcios

Ya sea que se trate de un divorcio manifiesto (donde se corren los trámites legales y la pareja se separa definitivamente), de un divorcio latente (viven juntos con distancia física y psicológica, anulándose mutuamente en un complejo de autodestrucción) o de un divorcio indefinido (uno de los dos no vive en esa casa pero cuando llega goza de todos los privilegios, fobia al compromiso y a la verdad, egolatría), es evidente que en esas parejas no existe, por lo menos en uno de ellos, la voluntad de compartir clamor y un proyecto de vida juntos.

Lo que trae consigo rencor, rabia y humillación, baja autoestima, ansiedad, depresión, alteración sexual, sentimiento de culpa, incapacidad para enfrentar la situación y para entender la decisión de la otra parte y dificultad para manejar el perdón, sobre todo a sí misma(o).

Esto es dinamita de emociones en todo el ser que es preciso aligerar, apaciguar, para evitar un daño psicológico mayor. Cuando no hay alternativa, cuando se han agotado los recursos, lo más recomendable es el divorcio manifiesto.

El divorcio latente es seguramente más dañino cualesquiera que sean las maneras de justificarlo, porque se superpone la presión social y el cuidado de la imagen dando preferencia al ocultamiento, no importa cuál sea el precio, en un estado de falsedad y aniquilación que va lacerando todo el entorno familiar con una serie de consecuencias impredecibles para las relaciones amorosas de los integrantes más sensibles.

El divorcio indefinido también supone un terrible desgaste emocional, en éste, por lo general, una de las dos partes, la dominante, mantiene el ‘control’ mientras la otra parte, cuya dignidad está rendida, se debate entre la duda y la esperanza sin condición y sin tiempo.

Esta complicidad sadomasoquista da a la parte controladora (87% hombres) una serie de gratificaciones que no piensa ceder, al menos fácilmente: libertad para relacionarse con otras parejas, rendir culto al machismo, mínima responsabilidad y compromiso, ensoberbecimiento y cinismo; mientras la parte ‘victimizada’, entre la histeria y la cordura, abrumada por la opinión ajena, intenta la conquista por años desperdiciando las oportunidades que le brinda el mundo a la vez que se afana por convencer a propios y extraños de su ‘bondad infinita’ sacrificando su integridad y salud en una recurrente a la flagelación, la humillación y también al cinismo.

Musicalizar el proceso sanador

De cualquier modo se recomienda diálogo y búsqueda alternativa de soluciones, pero si no hay remedio (evitar los divorcios latente e indefinido) y se opta por el divorcio manifiesto (que de alguna manera resuelve), sobrevendrán una serie de padecimientos que es preciso sanar lo antes posible.

Practica la siguiente terapia psicovideoacústica y no detengas la vida:

1. Ve el programa de televisión que te agrade (no deportes, conciertos, ni noticieros). Cada vez que aparezcan los cortes comerciales, baja el volumen y buscando la sincronicidad de las imágenes con el texto siguiente, di mentalmente: ‘Acepto la sensación de liberación y la oportunidad de crecimiento personal sin reprimirlas y sin sentimientos de culpa.

Me comprometo a realizar un nuevo proyecto de vida y de superación. Sé que habrá añoranza y melancolía por quien ya no está pero, con la misma intensidad, toda una constelación de posibilidades en salud, dinero y amor’ (un programa al día por 21 días).

2. Graba un tema musical de tu preferencia (cualquier género), después de la canción graba, a manera de comercial, improvisando una melodía con tu voz con este texto: ‘Me libero y te libero, me perdono y te perdono’. Hazlo con tres o cuatro canciones más, siempre con tu mensaje acústico cantado, de un minuto, entre cada tema (una sesión al día por 21 días)

3. Recomiendo escuchar los audios: "Raa Maa Daa Saa Saa Say So Hung", Tecnologías Sagradas (para visualizar y atraer a la nueva pareja que el universo tiene reservada para ti). "Atrápame si puedes", John Williams, tema de la película del mismo nombre (música insustituible para debilitar los síntomas o pensamientos de autoconmiseración (ancla principal de la parálisis emocional). "Autoestima y Perdón", Milenio Crystofer. Además de ver el video: "La historia del camello que llora", Byambasuren Davaa y Luigi Falorni, National Geographic.

4. Ante cualquier crisis (incluyendo depresión), respira con calma y profundidad, bebe agua en abundancia, retorna a tu centro de armonía posando la mirada en una piedra color turquesa, lleva a cabo tu práctica espiritual y recuerda: tu problema no es con el pasado, ni con la soledad, es con tu mente atrapada: libérala.

Por F. Fernando Ruiz-Torres
Alquimia Science Project y Psicovideoacústica Sociedad Interamericana
Creador de la técnica de la psicovideoaaústica

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