El Síndrome de burnout o síndrome del quemado es un tipo de estrés laboral que afecta preferentemente a los profesionales, quienes, en un intento de adaptarse a las demandas y aumentar su rendimiento laboral, se esfuerzan desmedidamente y de forma sostenida en el tiempo, lo cual origina grandes riesgos de contraer enfermedades, afectando, paradójicamente, su rendimiento laboral y su calidad de vida.
Según los especialistas, el burnout puede aumentar el nivel de glucosa en sangre, de lípidos y de la hipertensión arterial y, con el tiempo, aumenta el riesgo de infarto de miocardio y de accidente cerebrovascular.
Según el Centro de Estudios Especialista en Trastornos de Ansiedad (CEETA), las estadísticas demuestran que el cuadro sobreviene cada vez a más temprana edad, aunque siguen siendo más propensas las mujeres.
Entre las causas más importantes de la aparición de este síndrome, CEETA destaca:
· Una gran sobrecarga laboral
· Carencia de recursos (como ocupar más de un rol a la vez, por escasez de dinero)
· Presión horaria
· Falta de incentivos y retribuciones
· Preocupación permanente por la posible pérdida del puesto laboral
Dentro de las causas relacionadas con la individualidad de cada profesional, los profesionales del CEETA detallan:
· La política organizacional o institucional
· La complejidad de la tarea a realizar
· La falta de apoyo social (escaso contacto con familiares, amigos, pareja, etc… por falta de tiempo para dedicarle)
· Rasgos de personalidad (tendencia a padecer ansiedad, como por ejemplo un Trastorno por ansiedad generalizada, que es el más frecuente, caracterizado por la preocupación excesiva por diversos temas, graves o no, y concomitantes síntomas físicos)
· El género: ser mujer duplica las posibilidades.
· La falta de experiencia laboral o profesional
· La edad: a mayor edad, mayores son las posibilidades de padecer el cuadro. Aunque están apareciendo personas de menor edad con este padecimiento
Síntomas del burn out
· Ansiedad (trastornos como el trastorno por ansiedad generalizada)
· Depresión (en casos más graves, tendencia al suicidio)
· Fatiga
· Irritabilidad, intolerancia, impaciencia
· Pérdida de la fuerza física y psíquica
· Pérdida de la autoestima y de la propia valía como profesional
· Somatizaciones (hipertensión arterial, dolores articulares, musculares, trastornos cardiocirculatorios)
· Alcoholismo
· Adicciones
· Dificultades en el sueño
Formas de prevención del burn out
Adecuado uso de la técnica de “manejo del estrés”, la cual incluye:
· Evitar la sobrecarga de la agenda laboral
· Organización racional de las tareas a realizar
· Colocar límites (aprender y animarse a “decir no”)
· Producir un cambio en el patrón de pensamiento con tendencia negativa, a otro más realista
· Utilizar la técnica de resolución de problemas
· Implementar un adecuado equilibrio entre el tiempo dedicado al trabajo y el tiempo dedicado a la recreación y al ocio
· Aprender a delegar, renunciando a la idea de querer controlarlo todo
· Hacer ejercicio físico
· Implementar una dieta balanceada en proteínas y carbohidratos, de acuerdo a las necesidades calóricas individuales
· Dormir un mínimo de 8 horas diarias.
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