El miedo a la soltería -o anuptafobia- puede convertirse en un trastorno para muchos hombres y mujeres que sienten que el tiempo transcurre y todavía les queda por saldar una importante deuda: el paso por el altar. ¿Qué hacer?

El temor constante a permanecer
soltero es una fobia limitante que puede llegar
a impedir el desarrollo de la vida cotidiana con normalidad. El término proviene
de la palabra
nupcia, en este caso, “anupta” que significa sin nupcia.


Las sensaciones más frecuentes son experimentar ansiedad o sudor al pensar que
se está soltero y pensar constantemente en el tema y relacionar todo lo que
ocurra en la vida con el hecho de no haberse podido casar.


La presión social influye y en muchos casos de modo negativo. “Una persona
crece pensando que lo normal es llegar a una edad en la que hay que casarse y
formar una familia.

Sin embargo, esto no tiene por qué ser así y con esta tensión es difícil
distinguir entre un mandato impuesto y una real necesidad”
, sostiene la
socióloga española Ainhoa Rodríguez Roldán.


La ansiedad y la angustia pueden llegar a ocasionar la toma de malas decisiones.
“En caso de conocer a alguien, hay que intentar desligarse del tema del
matrimonio.

Lo más importante es conocer lo más que se pueda a la posible pareja y no
cegarse ante la posibilidad de ver qué clase de persona tenemos enfrente. Lo
ideal es casarse por amor y no por desesperación, y para conseguir el mejor de
los resultados hay que tener mucha paciencia y calma que permita ver al otro tal
cual es y no tal cual lo queremos ver
”, destaca la profesional.


Uno de los inconvenientes más difíciles de afrontar tiene que ver con el tema de
la soledad. “El anuptafóbico no tolera estar sin pareja. Puede pasar de una
relación a otra sin darse un tiempo de duelo porque la soledad le genera mucha
ansiedad.

Lo peligroso de esta condición tan inestable en cuanto a emociones se
refiere, es centrar toda la vida en la búsqueda de una pareja
”, comenta la
experta.


¿Cómo son los que tienen miedo a la soltería?


Baja autoestima, dependencia, dificultad para relacionarse con parejas y entorno
social en general y idealización de las parejas con las que se vinculan


Para poder encontrar una salida a este trastorno, “lo más idóneo es poder
comenzar con un tratamiento psicológico que permita dejar expuesta la
problemática y mediante la terapia la persona afectada puede reaccionar y tomar
conciencia sobre lo que está ocurriendo”,
aconseja la socióloga. Mientras
tanto, la fuerza de voluntad puede contribuir a cambiar de a poco esta actitud
obsesiva:


1.- Es importante dejar de pensar en el tema del matrimonio. “Cada etapa de
la vida llegará cuando deba llegar y la presión o las exigencias no ayudan a
acelerar los procesos. La tranquilidad es clave para poder obtener los mejores
resultados
”, sostiene Rodríguez Roldán.


2.- Potenciar el trabajo personal. Realizar actividades gratificantes sin que
éstas persigan ningún fin más que el sentirse bien y disfrutar de un momento con
uno mismo.


Hay que hacer lo posible para encontrar espacios íntimos en donde se aprenda a
convivir con la soledad. Los instantes conseguidos serán apreciados y se
comenzará a hallar la manera de sentirse bien sin que tenga que existir otra
persona que complete esa felicidad.


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