Cómo vivir sin estrés, anorexia, depresión ni obesidad
¿Vida moderna sin estrés ni
ansiedad?
Una vida moderna sin
sufrir el acecho de ciertas enfermedades es posible en algunas partes del mundo.
Así lo aseguran varios científicos y antropólogos que han investigado hasta
encontrar pueblos aislados de África donde el
estrés y los
padecimientos mentales parecen no haber existido nunca.
“La vida en comunidad, en pequeños grupos como hace cinco mil años, la
relación que tienen sus habitantes con la familia, los niños y el cuidado de la
gente mayor son la clave de esta historia evolutiva que parece una reliquia y
debería ser lo habitual en el mundo”, comenta el arqueólogo independiente
francés Phillipe Louis Thierry.
El especialista ha estado un año conviviendo con determinadas tribus y ha podido
comprobar que “desde la infancia los niños son criados con conceptos claros,
naturalmente despojados de prejuicios, en constante contacto con la naturaleza y
entendiendo lo que es vivir en pequeños grupos en donde participan activamente
de las labores cotidianas.
No existe la competitividad, ni el egoísmo, ni los avances tecnológicos que son
innecesarios y en la mayoría de las ocasiones resultan incompatibles con el
desarrollo humano. Su ritmo de vida es regulado por el medio ambiente y su
alimentación es natural.
Todas estas características más los lazos fuertes que se generan entre sus
miembros hacen que desconozcan lo que es el estrés, la anorexia y la depresión”,
indica Thierry.
Este estilo de vida,
el único que conocen, ha llamado recientemente la atención de seis científicos
españoles que han recorrido cincuenta mil kilómetros de África y han compartido
los mismos conceptos.
“Está claro que estos habitantes responden a las situaciones de exigencia de
distinta manera que nosotros. No es que ellos no tengan problemas, al contrario.
No es un factor genético sino una respuesta adaptativa diferente a la que
conocemos”, explica Francisco Giner Abati, médico y arqueólogo español,
catedrático de la Universidad de Salamanca, España, quien ha viajado a países
como Egipto, Sudán, Etiopía, Kenia, Angola y Camerún para comprobar que “muchas
tribus son un modelo de humanidad.
Sus miembros viven con un alto grado de satisfacción emocional y están
integrados completamente a su sociedad y entregados a una tierra que les da
absolutamente todo lo que pretenden y necesitan”, continúa agregando.
La realidad
demuestra que las grandes sociedades pagan un alto precio por el progreso que
trae aparejado enfermedades crónicas, degenerativas y mentales. “En las
tribus que he visitado no existe la
obesidad, ni el
insomnio, ni la demencia.
Al ser sociedades no industrializadas, no están sujetas a los mismos factores
estresantes que padecemos nosotros, aunque tienen problemas que desencadenan
frustraciones y preocupaciones como ocurre en las sociedades desarrolladas, pero
tienen otros mecanismos y otros tiempos para afrontar los conflictos”,
explica especialmente para
www.enplenitud.com , Phillipe Thierry.
La modalidad de vida
de muchas de estas tribus es claramente un ejemplo en ciertos aspectos. “Hay
tribus que saben muchísimo de medicina. El bosque es un arsenal terapéutico para
las familias.
La corteza del árbol protege contra la malaria, hay hojas que evitan las
picaduras de mosquitos, hay hierbas para el dolor de estomago. Las gentes son
atléticas. La comunicación y la vida comunitaria son básicas para la
supervivencia”, comenta Giner Abati.
El
individualismo enfermizo que está presenta en las sociedades occidentales es,
según Thierry el responsable de enfermedades culturales que no deberían por qué
existir. “Aquellos que viven en pequeños
grupos están protegidos de varias enfermedades de este siglo.
Viven como hace cinco mil años lo cual no significa un retroceso ya que a nivel
humano la evolución que han tenido es muy superior a la nuestra. No tienen
televisión ni internet, pero el grado de comunicación que mantienen con la
comunidad a la que pertenecen es envidiable y la armonía que se percibe es
espectacular.
Diría que estas tribus, más allá de algunos aspectos que naturalmente deberían
ser modificados como temas de higiene, lo que se refiere a controles médicos e
información sobre la gravísima plaga que es el
HIV en este
país, son clanes organizados, sociales, cooperantes, sanos y funcionan como una
verdadera familia solidaria”, revela Thierry.
Aunque el mundo actual ya parece haber tomado un rumbo difícil de torcer, no está de más saber que una vida sin enfermedades creadas por propio descuido pueden ser erradicadas del contexto diario. Seguramente, una vida sin obesidad, depresión, anorexia y estrés sería maravillosa.
Cifras que podrían evitarse:
- En México los trastornos de la alimentación son la segunda causa de muerte en adolescentes.
- En Latinoamérica del 3 por ciento al 10 por ciento de las mujeres, padecen bulimia y anorexia.
- 2.400 millones de personas, (un tercio de la población mundial) tiene problemas de peso. (Por exceso o déficit)
- Un veintiséis por ciento de los estadounidenses mayores de 18 años padece algún tipo de trastorno mental.
- Veinte millones de norteamericanos adultos sufre de depresión, trastorno bipolar o depresión grave.
- Cuarenta millones de personas en Estados Unidos tiene o ha tenido ansiedad.