Tratamiento de la depresión con psicoterapia

La psicoterapia, en cualquiera de sus diferentes expresiones, escuelas o enfoques, es parte imprescindible e inseparable de todo tratamiento científico para la curación de la Depresión...

El
tratamiento de la depresión

 


No podemos hablar de una psicoterapia encaminada de manera estricta al
tratamiento  de enfermedades depresivas. Sin embargo, hay que tener en cuenta un
conjunto de medidas terapéuticas básicas que, junto con la farmacoterapia, ven
multiplicados sus efectos.

 


Por psicoterapia entendemos todos los tratamientos con base científica, llevados
a cabo por profesionales entrenados para realizarlos, utilizando técnicas
psicológicas de diferente índole basándose fundamentalmente en la curación a
través de la palabra y la acción:
tanto para tratar la sintomatología
principal que cada caso presenta, así como también, para tratar otros trastornos
o condiciones asociadas a ella.

 


Para todo esto, es preciso prestar apoyo al paciente e intentar que comprenda el
carácter transitorio de su alteración manejando sus sentimientos de culpa e
intentando suprimirlos en la medida de lo posible.

 


Se le debe hacer ver que sus esfuerzos por salir del problema son importantes y
necesarios; siendo que sus amistades y familia cuentan con lo que está poniendo
en práctica y aceptan que no padece un trastorno por su voluntad.

 


Debemos recordar que muchos pacientes depresivos creen que los demás, el
entorno, la familia y/o el terapeuta, piensan que no está enfermo y que sólo se
trata de una situación en la que pone en juego todas sus ganas. La auto imagen y
la autoestima de estos pacientes suelen estar francamente deterioradas.

 


Por eso mismo, es importante que se trate de trabajarlas y mejorarlas cuando se
habla de los aspectos positivos que tienden a la adaptación del paciente o, en
otras palabras, a reforzar aquellos comportamientos que ponen de relieve una
actitud positiva en relación con la curación y que representan logros mínimos es
este sentido. 

 


A la vez, no se debería hablar de ello. O al menos se debería prestar poca
atención a los aspectos negativos de la situación.

 


El paciente depresivo tiende a aislarse. En la primera fase del tratamiento, la
tendencia al no contacto debería ser hasta cierto punto admitida, ya que puede
resultar muy costoso para el enfermo establecer relaciones interpersonales, que
en condiciones normales no deberían ser problemáticas.

 


En esta primera etapa no sería conveniente obligarlo a que asista a reuniones ni
a eventos sociales.


Una vez pasados los primeros días, si se piensa que la medicación empieza a ser
clínicamente efectiva, (de estar el paciente tratado además con medicación), la
regla puede invertirse, pues ha llegado el momento de propiciar y potenciar
salidas, viajes cortos, reuniones sociales y todo aquello que tienda a una
progresión o a una resolución del cuadro clínico y a la restauración de su
imagen.

 


Además, es el momento adecuado de gratificarlo afectivamente y reforzar sus
logros por mínimos que sean.

 


El tratamiento psicoterapéutico también incluye lo que no se debe hacer. Por
ejemplo, insistir en que el paciente ponga en juego una fuerza de voluntad
supuestamente indispensable, o alentar en él una actitud dudosa y/o vacilante
frente a las vivencias depresivas (de culpa o muerte) que padece.

 


Por lo que sabemos, en la actualidad, se puede afirmar que no existe una
indicación estricta de psicoterapia estructurada; ni siquiera en el caso de
pacientes depresivos graves. Como se puede observar, esto no significa que
solamente la psicoterapia sea intrascendente; al contrario, se ha remarcado la
interacción altamente positiva de la misma.

 


De lo que se trata, es de conseguir
el punto medio en que las medidas psicoterapéuticas actúen realmente de manera potenciadora junto con la psicofarmacoterapia
sin que se conviertan en un problema 8de tiempo, económico o de complicación
psicológica) que se añada a la alteración afectiva.

 


Estos pacientes a veces, realizan acciones que los hacen sentir aún más
deprimidos, seguramente, porque nadie les pudo enseñar cómo hacer las cosas de
otro modo; una parte importante de la terapia, es aprender a cómo hacer las
cosas de otra manera.

 


En cualquier caso, ante la menor duda, la mejor opción sería acudir a un
especialista permitiendo así evaluar la modalidad y el tratamiento adecuado para
lograr el bienestar de cada paciente.

 


Para finalizar creo que sería interesante pensar que la depresión es una
evidente alteración de la capacidad para captar, sentir y manifestar los
afectos. Acompañando al paciente, junto con la medicación y la ayuda de
psicoterapia puede lograrse una favorable recuperación en la mayoría de los
casos…



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