¿Vivir con ellos o… a pesar de ellos?

Algunos estudios dicen que mientras 7 de cada 10 hombres son infieles, por cada mujer fiel hay una que engaña al marido. Otros, aseguran que los porcentajes de infidelidad llegan sólo al 37 y 14 por ciento, respectivamente...


Navegando en la red para conseguir artículos relacionados con temas de la mujer,
encontré que la mayoría de las áreas donde nos ubican, tienen mucha relación con
lo que “ellos” piensan de nosotras: “Tu, la belleza y lo que él dirá de ti”; “Ve
al gimnasio y lucirás un cuerpo escultural para que él te mire mejor”; “No
olvides que si lees…él se dará cuenta cuán culta eres”; “Eres una buena
esposa?”, “¿Ya sabes lo que a él le gusta en la mesa?”.

 Lo
anterior me hizo reflexionar sobre la importancia que tiene para todas las
mujeres, ser concientes de nuestra identidad como personas, porque somos seres
completos y nuestra vida debe girar en torno a unos valores internos que muchas
veces nos hemos encargado de llevar por el mundo, pero que la publicidad nos
hace olvidar en el momento de relacionarnos con el sexo opuesto.


Sabemos amar y ser fieles, pero podemos volvernos permisivas ante la
“infidelidad”; sabemos entregarnos y construir una familia, un mundo para
“ellos”, pero nos olvidamos que lo primero que debemos hacer es querernos a
nosotras mismas para que la familia sea un pilar fuerte e inamovible.


Manejamos unos niveles de comunicación altísimos cuando se trata de entender a
los demás, pero olvidamos que nosotras somos las primeras que debemos expresar
lo que sentimos, sin artilugios, simbolismos o mensajes indirectos. Nos cuesta
cargar nuestra propia vida, pero ponemos a nuestras espaldas un costal lleno de
necesidades de los hijos, el esposo, las amistades, las personas que nos
necesitan, y no nos permitimos espacios adecuados para aquellos momentos lúdicos
que necesita todo ser humano, porque nos sumergimos tanto en las
responsabilidades del día a día, que nuestra presencia se diluye en una oficina,
en el hogar o en los sitios que transitamos para llevar paz a los demás.

No
es el hombre quien nos transforma negativamente puesto que él es quien
complementa nuestro modo de ser y de existir en el mundo. Somos nosotras quienes
tenemos que empezar a mirar con una perspectiva integral, con una óptica
distinta, más universal e independiente. El hombre sabe vivir, a pesar de
nosotras, porque cultiva sus propios intereses, piensa en sus necesidades;
nosotras debemos aprender a


vivir con ellos

pero caminando por rutas paralelas que complementen nuestros destinos.

En
1998, la terapeuta Shirley Glass escribió en la revista Psycology Today
que algunos estudios revelaban que el 44 por ciento de los hombres infieles no
se involucraban emocionalmente con su amante, algo que sólo ocurría con el 11%
de las mujeres infieles. Pero, independientemente de la fidelidad o la
infidelidad de pareja y de si existe o no un amante en la vida del hombre o la
mujer; lo que debemos pensar es ¿hasta dónde llega la fidelidad con nosotras
mismas, con nuestros valores, nuestras metas y ambiciones como seres humanos?


Debemos volver a los momentos de reflexión para mirar de nuevo hacia adentro.
Debemos pensar que jamás otro ser humano va a vivir la vida por nosotros, que si
no somos seres completos, jamás podremos complementarnos como pareja y que, si
la tenemos y no somos nosotras mismas, la vida nos llevará de la mano sin que
tengamos ningún control de nuestros actos.

Es
hora de empezar a reconocernos como seremos humanos independientes. ¿Por qué no
hacerlo ya?


Fuente:


El Éxito.com