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Alrededor de este tema se han creado muchas fantasías; puede que alguien muy experimentado pueda descubrir en un vino aromas de guindas patagónicas o la fragancia del cardamomo oriental y hasta determinar con exactitud el año de la cosecha. Pero para el común de la gente el acto de degustar es mucho más
simple...
Se llama cata al acto de percibir las cualidades de un vino, para esto
hay que beberlo con atención apreciando las características de la bebida.
Es un proceso de aprendizaje y perfeccionamiento que cualquiera puede realizar,
es muy gratificante hacerlo con amigos, tomar nota de lo que cada uno percibe y
luego compara.
Esto puede servirnos para reconocer los diferentes varietales, o comparar la
misma cepa en diferentes marcas y podrá establecer relaciones entre calidad y
precio. Lo sorprenderá como se desmitifican marcas muy altamente posicionadas.
Para comenzar con el aprendizaje le sugiero lo haga con dos vinos, ya sea de
diferentes marcas, diferente varietal o un varietal y un genérico.
Descorche la botella y observe el corcho, este debe estar húmedo en el extremo,
si no fuera así el vino no fue guardado adecuadamente, huélalo, el olor debe ser
agradable.
Sirva el vino en copas de cristal o vidrio trasparentes, de pierna lo
suficientemente alta como para poder tomarla sin transmitirle nuestro calor al
vino. El cáliz debe ser mas angosto en el borde que en la base, para preservar
los aromas.
Tome la copa por la pierna e inclínela sobre una superficie blanca, observe el
color, luego acérquela a la nariz y agítela con suaves movimientos circulares
para que desprenda los aromas. Haga pequeños olisqueos concentrándose en
percibir las diferentes fragancias.
Al principio, quizás no descubras a que pertenecen los diferentes perfumes, pero
con la practica y la comparación irá reconociéndolos, por eso es importante
hacerlo con dos vinos diferentes al mismo tiempo, no olvide tomar nota de lo que
va descubriendo.
Ahora tome un sorbo pequeño, muévalo en la boca para impregnar todo el paladar,
no lo trague solo perciba el sabor y la textura, si es áspero o suave, seco o
dulce, si tiene cuerpo o es liviano, luego trague y observe si dejó sabor en la
boca.
Cuando ejercitamos la cata despertamos nuestros sentidos y algún día
lograremos diferenciar, sin ninguna dificultad, un Malbec de un Syrah o un
Tempranillo.
No se olviden de tomar nota de todo lo que descubran. Entre sorbo y sorbo como
alguna galleta de agua, para no interferir con los sabores.
Después de degustar varios sorbos del mismo vino, es asombroso las cualidades
que descubrimos.
Vocabulario de la cata
Amable: De un ligero dulzor, apenas perceptible.
Astringente: Similar al anterior pero con intervención de los ácidos,
produciendo una contracción en los tejidos bucales.
Brillante: Cuando al observar el vino en la copa este presenta perfectas
condiciones de limpidez.
Corto: Pasa por la boca sin dejar recuerdo. Carnoso: De buena textura, palpable,
que llena la boca.
Cuerpo: Alude a la consistencia y estructura del vino
Flaco: Falta de cuerpo, de acidez, vino sin personalidad.
Herbáceo: Aroma y sabor vegetal que se manifiesta como un dejo a hierbas, hoja
molida, pasto.
Ligero: Con poco alcohol. Fácil de beber.
Redondo: Vino equilibrado y armónico, sin puntos criticables.
Por Margarita Badano
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