Arroz (cocción)
La cocción del
arroz se hará en una olla o vaporera común.
1-
Poner el arroz en una olla de fondo grueso: una taza
(250g) es suficiente para 2-4 personas. Enjuagar el arroz
uno o dos veces en agua fría; tirar el agua. Con la misma taza, medir igual
cantidad de agua y agregar el arroz. Si se desea preparar un arroz bastante
húmedo, añadir un poco más de agua. No agregar sal.
2-
Poner la olla sobre fuego moderado; cuando rompa el hervor, revolver una
vez con una cuchara de madera y cocinar con la olla destapada hasta que el arroz
absorba toda el agua; unos 10 minutos.
3-
Para “terminar” el arroz, tapar bien la olla. Si no queda bien tapada,
intercalar una hoja de papel de aluminio o papel de cocina entre la tapa y la
olla. Reducir el fuego a mínimo y dejar que el arroz cocine
otros 10-12 minutos.
4-
Poner la olla tapada sobre un paño mojado frió y dejar reposar 5 minutos
(así se evita que los granos se peguen al fondo de la olla). El arroz ya está
listo para servir.
5-
Como alternativa, para “terminar” el arroz, poner en un cocedor y hacer
al vapor sobre agua hirviendo durante 10 minutos (si no se tiene un cocedor con
acero inoxidable común , envolver el arroz en una gasa y cocerlo al vapor en una
cesta china de bambú, colocada sobre una olla grande o un wok con tapa combada,
con agua hirviendo). Servir de inmediato.
Aclaración: Hay hervidores eléctricos especiales para arroz,
en donde este sale en su justo punto.
El respeto que muestran los orientales por los
alimentos, a lo largo y ancho de su cocina, es un secreto a voces; además de ser
frescos, de origen orgánico y casi crudos en su consumo, y aunque se utilizan
carnes rojas y pescado prevalece el consumo de vegetales; podemos ver en la
literatura que opina un cocinero chino taoísta:
“Estaba a punto de cortar puerro y,
mientras lo limpiaba, tiré grandes aros de las hojas exteriores. Horrorizado,
Chang dejó escapar una especie de fino silbido (un suspiro chino) y se abalanzó
sobre el cubo de basura para salvarlos: “¡Siempre desperdiciando!;
¡ya sabe lo estrictos que son mis principios taoistas!”, exclamo airado.
Rebuscando en la basura, rescató las hojas exteriores que yo había arrojado y
las alisó cuidadosamente con el dedo, como si en su superficie hubiera grabado
un mensaje muy valioso. Después las lavó. “Son viejas y están muy duras”, me
permití observar. Pero él sacudió la cabeza y afectó los labios. Enrolló las
hojas que había salvado como si se tratara de una gruesa hoja de tabaco, cogió
un cuchillo afilado y lo cortó tan fino como pudo. Y repitió por enésima vez:
“Todo se puede comer; basta con cortarlo suficientemente pequeño”.
-L.Durell. “La sonrisa del Tao”-
“La abundancia de comida prepara bien para el amor, mejor si
es excitante.” –Sade-
Jengibre confitado:
igual técnica que los marrons
glacées; introducirlos en almíbar hasta
que hayan adquirido un aspecto cristalino transparente y color amarillo rosado.
Comercialmente: “Stem”,
con rizomas jóvenes, tiernos, no fibrosos. Y “Cargo”, con rizomas
de más edad, más duros y sabor más acre.