Siempre
conviene servir la tablita de quesos en forma separada que la de fiambres,
aunque claro, en esta materia todo va en gusto del consumidor.
En general se toma una base de cinco quesos: 2 duros, 2 semiblandos y uno
blando, a los que pueden agregarse toques diferentes. Por ejemplo, alguna
pastita de queso.
Para prepararlos se recomienda quitarles la cáscara, salvo excepciones como el brie y el camembert, en los que se come todo.
Es importante la forma de cortarlos, para que no pierdan su forma, presencia o
sabor. Por ejemplo, si se trata de un gruyer, que se vean los agujeritos; si es
un roquefort o queso azul, que no pierda la veta.
Aquí va una posible tablita con la respectiva forma de cortar cada queso:
Queso banquete
de Tandil: muy sabroso y en forma de barra. Se corta en lonjas de medio
centímetro, que a su vez se dividen a la mitad.
Fontina
picante: de pasta firme, ideal para acompañar con vinos recios. Se corta en
trozos triangulares.
Gruyere: se
corta igual que el anterior.
Parmesano: (si es al aceto, ya viene condimentado con aceto balsámico de Módena).
Se tasca, es decir se desgrana.
Mozzarella
trenzada: se la puede combinar con tomatitos secos y rociar con el aceite de la
preparación. Otra opción es servirla en tabla aparte. Se corta en fetas
Hay otros quesos que se pueden agregar o combinar, según el gusto de los
comensales:
Roquefort, se
tasca.
Queso de
oveja, en lonjas.
Queso de
cabra, ídem.
Quesos de moho (camembert, brie). Con
cáscara y cortado en triangulitos.
¿Otras opciones para sumar delicias? Cremas de quesos, como la pasta
mediterránea para untar hecha a base de queso mascarpone, olivas negras, anchoas
y alcaparras; o de salmón, con queso mascarpone y salmón ahumado.
Cómo servirlos
Colocarlos en forma de abanico, en una tabla de madera, respetando el orden:
de suaves a picantes, y de blandos a duros.
Este es el orden ideal para saborearlos también: es decir primero las pastas
suaves, los blandos y luego los más fuertes y los duros.
En pequeños recipientes se pueden colocar aderezos para los quesos, tales como
mostaza con pimienta negra en grano, ideal para el gruyer o una vinagreta de
aceite de oliva y hierbas para la fontina o el queso de oveja.
También es bueno acompañar la tabla de quesos con frutas frescas (uva, pera,
duraznos, damascos, kiwi) que se llevan perfectos con el brie y el roquefort y
frutas secas (almendras, nueces, pistachos, castañas), excelentes con el brie o
el gruyere.
Para beber, el maridaje perfecto es un vino tinto (Cabernet Sauvignon, malbec,
syrah o pinot noir), pero también es viable un romance de picada con cerveza.
Asesoría: Almacén de las
Delicias. ¡Muchas gracias!