Repujando el metal. Continuación.

El trabajo del metal es tan antiguo como la civilización.

En Alemania I


En
Alemania, al contrario de lo que sucedía en Italia, la orfebrería era
fundamentalmente profana y unitaria.
Las jarras de cerveza con tapadera de metal repujado, con decoración inspirada
en piñas, estuvieron muy de moda.


En los siglos XVI y XVII los Países Bajos y especialmente Amberes arrebataron a
Italia su supremacía en la técnica del repujado. Bajo la influencia alemana
aparecieron jarras adornadas con máscaras grotescas de hombres y animales.

Después los maestros Adam y Paúl Vianem realizaron verdaderos paisajes
inspirados en grabados; estos trabajaban un metal muy delgado y evitando el
aplastamiento del relieve rellenando con pez las partes huecas.


En Inglaterra por el contrario no hubo nunca una orfebrería verdaderamente
original y el repujado del metal, cuyos motivos se inspiraban en general en el
extranjero, no tuvo en ella mas que una moda pasajera.


Los siglos XVII y XVIII el dominio de Francia en el campo de la orfebrería
fueron de nuevo indiscutibles y el uso de la platería alcanzó a todas las
capas de la sociedad.

La corte de Versalles daba el tono y la orfebrería invadía
los muebles y decoraba los objetos utilitarios;  pero los motivos
decorativos de hojas, flores y animales mostraban la influencia de Holanda, que
persistió hasta la aparición de la hoja de acanto francesa, que desplazó los
motivos naturalistas.

El
comercio con Oriente motivó, por otra parte una moda de lo chinesco que se
desarrollo  paralelamente a un estilo más sobrio.

Todo esto desapareció con la Revolución, pero volvió a renacer bajo el
Directorio y el Imperio. Como en las épocas góticas los temas se inspiraron en
la
arquitectura.

El
siglo XIX vio el nacimiento de la era industrial; el repujado se prestaba a la
industrialización y las manufacturas de Sheffield en Inglaterra pusieron a
punto la embutición a máquina.

Las
obras a las que hemos hecho mención aquí, han sido realizadas por
especialistas cuyo arte y gusto precisaban largos años de práctica y de
ensayos y unas condiciones económicas que permitieran ver la luz a estas preciosas obras.

Por
otra parte las herramientas empleadas por los orfebres era mucho más importante
que en nuestra época y de él no se encuentran más que algunos restos en casa
de los descendientes de estas generaciones de artistas.
El repujado del metal, tal como hoy se concibe sigue siendo del dominio de los
orfebres.

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