Normalmente, las personas
suelen jubilarse
alrededor de los 65 años. Sin embargo, hoy en día, también se
encuentra la posibilidad de que se les ofrezca una jubilación anticipada, es
decir, una jubilación antes de que el trabajador alcance la edad mínima.
Este sistema, tiene un
pro y un contra para el Estado: por un lado, puede bajar la oferta laboral (con
lo que disminuye el desempleo y por ende suben los salarios), pero, por otro,
amplía la lista de erogaciones estatales por jubilación.
Sin embargo, no son pocas las empresas del primer mundo (y últimamente también
de Latinoamérica, aunque por causas distintas) que deciden ofrecer a sus
empleados una jubilación anticipada.
En el caso de las
compañías de los países centrales, esto se da por que, contratando a personas
mas jóvenes, reciben subsidios estatales, mientras que en Latinoamérica,
contratar a jóvenes les ahorra muchos costos (salarios menores, menores cargas
sociales, menores aportes familiares, menores costos de indemnización, etc.)
Sin embargo, son varios los proyectos para reducir las posibilidades de que una
persona se jubile anticipadamente, justamente por el hecho de que, de seguir
esta tendencia, los activos no podrían soportar la carga de los pasivos.
Cómo afecta al trabajador
Al margen del aspecto “macro” del asunto, es interesante saber en que medida
afecta una jubilación anticipada a las personas que deciden acogerse a este
sistema.
De alguna manera, aquí
también se cumple ese proverbio que reza “no vemos las cosas como son, las vemos
como somos”.
Por un lado, es posible encontrar a personas que se encuentran seriamente
afectadas por este proceso, ya que piensan que, al haber recibido esta propuesta
de jubilación anticipada (que muy difícil pueda ser rechazada, ya que es una
clara muestra de que la empresa, por diferentes motivos, no tiene al trabajador
en sus planes) han dejado de ser útiles para el sistema, y que ya no tienen nada
más por hacer en su vida.
Sin embargo, otros
trabajadores ven en esta jubilación una chance para poder realizar todas las
cosas que dejaron pendientes a lo largo del tiempo, justamente por el tiempo que
les insumía su trabajo.
De esta forma, muchos jóvenes jubilados, regresan a completar o iniciar
estudios, cuidarse mejor a sí mismos con una dieta y un ejercicio adecuado, así
como también dedicarse por completo a su hobbie preferido, y, por supuesto,
pasar más tiempo con su familia.
También, son varios los que en los últimos tiempos, -debido a las fuertes crisis
por las que atraviesa el mundo entero-, eligen dedicar su tiempo a una labor
social, como, por ejemplo, volcar todos los conocimientos incorporados a través
de su vida profesional en una organización sin fines de lucro.