Los adultos mayores de hoy en día son muy diferentes a los de tiempo atrás. Por eso, el término “retiro” ya no debe ser concebido como una etapa de sumisión y reposo, sino como un tiempo de nuevos desafíos a la vida
Antes que nada, debería retirar la palabra “retiro”, -en el sentido
tradicional-, de su vocabulario. Tenga en cuenta que este mismo concepto es una
noción relativamente nueva en la evolución humana. Hace sólo algunas
generaciones atrás, antes de la revolución industrial y el arribo de la
seguridad social, los ancianos no sólo permanecían en el ámbito productivo, sino
que también eran los más requeridos, gracias a sus conocimientos, sabidurías,
experiencias, y habilidades, por lo que no hay razón para hablar de retiro como
fin de la vida en actividad.
En consecuencia, no se trataría de “quedarse quieto”, sino de de cambiar sus
prioridades en relación con mejorar aquellos puntos a los que no se les ha
prestado la debida atención (posiblemente a causa del mismo trabajo), como las
relaciones con la familia y los amigos.
De la misma forma, también debería renovar sus ánimos de sumergirse en una nueva
educación, ya que las células de aprendizaje de su cerebro tienen hambre de
nuevos desafíos y estímulos.
Revitalice además toda su energía rodeándose de gente que busca seguir
creciendo, antes que estando con aquellos que “ya han estado allí, y ya han
hecho eso”.
En el mismo sentido, reavive su espíritu de tomar riesgos. Si se trata de hacer
algo nuevo y le va bien, celebre el descubrimiento. Y aunque no logre todos sus
objetivos, siempre habrá ganado un gran aprendizaje.
También, tenga en cuenta las nuevas oportunidades. Permanezca abierto a las
infinitas posibilidades que el mundo tiene para ofrecerle. Su potencial total
puede no haber sido totalmente explotado.
Nunca olvide recargar sus “pilas” moviendo su cuerpo regularmente. Las
caminatas, los bailes, el nado, la práctica del yoga, la bicicleta, etc. pueden
ser ideales para esto.
Finalmente, vuelva a visitar los sueños de su niñez y crea firmemente en la
posibilidad de vivirlos aquí y ahora, si es que continúan generándole el mismo
cosquilleo que en el pasado. Recuerde que el poder y la sabiduría para reconocer
y seguir sus verdaderas pasiones, está solo dentro de usted.
Comenzando el proceso de
redefinición de su retiro
Tal como lo dijo el ex presidente norteamericano Teddy Roosevelt, el mejor lugar
para comenzar es allí dónde usted se encuentra, y con lo que ha obtenido. Pero
además, no sería mala idea tener en cuenta estas sugerencias, que le facilitarán
todo el proceso de redefinición de su retiro laboral, para convertirlo en el
pasaje a nuevos desafíos…
A continuación, le mostraremos cuatro ítems principales que hemos formulado en
base a las consultas a los especialistas del sitio, pero también, a los e-mails
recibidos por lectores que, como usted, tienen mucho para decir al respecto.
Esta lista se renovará regularmente, por lo que si usted tiene algunas ideas que
apreciaría contribuir, no dude en hacerlo. Envíe un mail a [email protected]
y sea parte de estas sugerencias.
1. Comenzar un Negocio
Si la idea de lanzar su propio negocio, después de años de trabajar para otra
persona, le ha tentado desde hace varios años, debe saber que su anhelo es muy
común, y consecuentemente, muy legitimo.
Sin dudas, usted se habrá enterado que gran parte de las iniciativas personales
fracasan en el intento, pero eso no quita que un número bastante grande de los
empresarios hoy en día exitosos haya comenzado con un proyecto personal, sin
mayores redes de contención.
Muchas veces, una idea buena que se ha tenido y desarrollado durante varios
años, sumada a la experiencia del trabajo, y algún efectivo disponible, tal vez
proveniente del fondo de retiro, pueden ser suficientes para iniciarse.
2. Volver al estudio
Muchas universidades cuentan con varios programas para estudiantes adultos, y
suelen estar a gusto con los mayores que concurren a sus aulas, ya que saben sus
motivos para reinsertarse a la vida estudiantil, su perseverancia y la riqueza
de vida o experiencia de trabajo que pueden aportar.
Tanto para completar su carrera, como para hacer un posgrado en su especialidad,
usted cuenta con la alternativas de las universidades públicas, totalmente
gratuitas, o las privadas, con cargos que suelen ir subiendo de acuerdo con el
prestigio de la institución.
¿No puede trasladarse hacia la universidad o tiene dificultades de horario? No
hay ningún problema: Hoy en día muchos cursos son por Internet, por lo que solo
necesita de una computadora y una conexión a la red.
3. Comenzar el estudio
Con sus responsabilidades familiares reducidas, y el ingreso mensual seguro de
su jubilación, muchas personas mayores de cincuenta años comienzan a realizar
aquel estudio que siempre soñaron, pero que sus padres o diversas circunstancias
de su vida, se los impidieron.
Seguramente ahora, a diferencia de años anteriores, se está mejor preparado -con
habilidades, contactos personales, recursos, etc.- para iniciar esa carrera y
lanzarse en un campo nuevo. Ya nada ni nadie podrán prohibirle estudiar
astrología, dibujo, o guitarra.
Un inventario personal de las carreras que anhelaría estudiar será su primer
paso. Si no es ahora… ¿cuándo?
4. Voluntario
de una ONG
Una adulto que se inmiscuye en este tipo de tareas, está explotando toda la
sabiduría, experiencia, y recursos que ha logrado recabar a lo largo de toda su
vida, al tiempo que contribuye a paliar las amplias necesidades de muchas
personas y organizaciones en estos tiempos de crisis.
Muchos de los adultos que han llevado a cabo estas tareas, han visto una mejora
concreta en su estado anímico y de salud, gracias a la posibilidad de mantenerse
ocupados, y a la satisfacción personal de ayudar al prójimo.