Muy
rico todo
Luego
de encontrar a su posible pareja en Internet, y de haber llevado una relación a
través de salas de chat y luego correo electrónico, planeen su primer
encuentro privado.
Elijan un tipo de cita (cena a la luz de velas, por ejemplo) y elijan el lugar y
el momento. Asegúrense de que los dos participan en la creación de la
cita.
Hágase presente a la hora señalada. Intente actuar como si estuviera ahí:
describa las mesas, la gente presente, la música, la vista desde el balcón.
Recuerde que los detalles son importantes para agregar realismo al
encuentro.
Pueden pedir los platos que se les ocurra con un buen vino, de todas formas no
hay que pagarlo. Si desean hacer algo más completo, pueden prepararse platos en
su casa y cada uno abrir una botella de vino.
De esta manera podrán cenar realmente durante el encuentro. Además de que el
vino es bueno para hacer más ameno cualquier ambiente.
Mantenga el buen humor y utilícelo para romper el hielo. Sean románticos,
aprovechen la imaginación y la fantasía. Es un buen momento para hablar de
cosas íntimas.
Si lo han disfrutado pueden arreglar otros encuentros íntimos antes del
encuentro personal.
Recordar
siempre
Para
demostrar interés puede tomar notas de qué es lo que a su posible pareja le
gusta y qué no. De esta forma podrá demostrar lo aprendido en otro encuentro
íntimo, o incluso cuando se encuentren personalmente.
Mantengan una conversación al final del encuentro, acerca de qué les pareció
y si les gustaría hacerlo otra vez. Reflexionar sobre ello le ayudará a
aprender cosas sobre las citas en Internet y sobre su posible pareja.
Tal vez quiera que la próxima vez él o ella sea quien arregle todo, quien cree
el ambiente y dé todos los detalles; también podrían hacerlo por turnos.
Así como una supuesta cena puede complementarse con una cena verdadera, pueden
ver los dos una película mientras mantienen una conversación íntima.
Al
cerrar la sesión reflexione unos minutos acerca de qué sintió y de qué
siente en ese momento.
Tenga
en cuenta que los encuentros virtuales pueden ser muy divertidos y dejar una
sensación placentera, pero jamás reemplazarán a los encuentros reales de dos
personas.
Muchas veces pueden convertirse en una adicción y en una forma de escapar del
encuentro personal. No permita que esto suceda.
Otro peligro es el de caer en la tentación de una intimidad prematura. Muchas
veces da la sensación de que esa persona, la que escribe esas cosas en la
pantalla, es la persona a la que se le quiere contar todo.
Pero siempre tenga en cuenta que aún no la ha mirado a los ojos, que aún no
sabe realmente quién es.
De modo que jamás diga ´te amo´ sin antes conocerla en persona.
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