Generalmente una cita
a ciegas es todo o nada. Dos posibilidades: o los dos se encandilan el
uno al otro y la pasan genial, o es odio a primera vista y cada uno espera que
choque el auto para poder dar por terminada la cita con cierto decoro. Sin
embargo, lo más lindo de una cita a ciegas es que uno sabe que no tiene nada
que perder.
Tené en cuenta que
ambos están en la misma situación que vos. Uno que el otro se parezca más
a Brad Pitt que a Alfredo Casero, cuando y el otro espera que se parezca
más a Valeria Mazza que a Ana María Picchio.
Por tu parte, para probar si
ella tiene sentido del humor podés intentar aparecerte con algún atuendo poco
convencional, estilo parche de pirata. Si te lo festeja, estás en camino de ser
una cita interesante. Si te da una patada "ahí" o te tira gas
paralizante, te está dando a entender que no le gustó tu broma.
Lo
más importante
La cosa más
importante en una cita a ciegas es ser valiente. No significa usar el disfraz de
Pantera Rosa o simular ser alguien distinto (al estilo de "Hola, soy
sobrino del Presidente"), sino que significa que una cita a ciegas es
una excelente oportunidad para concentrarte en mostrar tu lado bueno. Podés
ser tan divertido/a o interesante como siempre quisiste ser. Pero
fundamentalmente, sé vos mismo/a.
Qué
hacer
Como no sabés muy
bien en qué te estás metiendo, es una buena idea que la cita a ciegas sea rápida
y sencilla. Un almuerzo, un café, o un par de tragos son ideas excelentes
para una ocasión así. Estas actividades les darán a ambos la oportunidad de
conocerse el uno al otro, manteniendo mínima la tensión.
Por lo general en una
cita a ciegas son aplicables las mismas consideraciones que en cualquier otra
primera cita; la diferencia fundamental consiste en el elemento desconocido.
Como no tenés una idea clara de sus gustos (probablemente ni clara, ni
ninguna), será una buena idea disponer de algunas opciones.
Si le gusta
la ópera, ir a ver una carrera de turismo carretera puede no ser la mejor idea. Orientá tus planes hacia llevarla a un pool o a un museo. O al campo de golf o
al golfito. O a una cena tranquila o a un recital. Y si realmente tenés suerte,
incluso puede terminar optando por ambas opciones, no por una sola.
Una cita a ciegas
puede tener potencial para ser la cita más divertida que hayas tenido. Ninguno
de los dos estará condicionado por preconceptos sobre el otro, de modo que
deberías sacarle el jugo a esta situación.
Cómo
caerle bien
Al comenzar la cita,
hacele saber que te sentís aliviado y feliz porque él/ella es atractiva/o (si
lo podés decir sin que parezca una burla). Más tarde, hacele saber que todavía
te gusta mucho más que sea tan interesante (o tan divertida/o, o tan
inteligente, o tan lo que sea que te haya parecido). Pero no seas de
los plomos que siempre quieren caer simpáticos.
Te lo digo de nuevo: sé
vos mismo.
Si
las cosas no van tan bien
Si tu cita a ciegas
no cumple exactamente con lo que te esperabas, mejor controlá ese impulso frenético
de salir corriendo a lo loco, aunque te parezca difícil. ¿Quién de nosotros
es capaz de no decir estupideces luego de pasar tres horas junto a un adefesio más
horrible que una bruja? Pero intentá ser educado y terminá la cita tan pronto
y tan sutilmente como puedas. No te olvides que si la pasaste mal, él/ella probablemente también.
Si no tenés ninguna
intención de hacerlo, no te recomendamos que le digas que la vas a llamar. Sin
embargo, a veces esto no puede evitarse. Decile que pasaste un rato agradable,
pero que pensás que realmente no están hechos el uno para el otro. Realmente
es más fácil de lo que parece.
Una situación así
se puede presentar porque
-
la pasaron
tan bien que está claro que se van a volver a ver en un futuro, aunque por
algún motivo no en forma inmediata -
ella/él
claramente te demuestra que te odia y que preferiría clavarte un puñal en
la espalda antes de volver a salir con vos
Ninguna de estas dos
situaciones está fuera de las posibilidades imaginables, así que es mejor que
estés preparado para cuando se dé alguna de ellas. En el primer caso ya verás
cómo manejarlo, y en el segundo al menos no necesitarás mentir acerca
de volver a llamarla.
Fuente: www.bomboncitomagazine.com
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