¿Recuerda como conoció a su primera pareja? Seguramente, todavía tendrá en mente los tiempos en los que una presentación, una invitación a bailar, los piropos callejeros, o el encuentro fortuito en un medio de transporte, eran los ámbitos donde solía comenzar a nacer un nuevo romance.

Pero esos tiempos han quedado atrás, bastante atrás. Y es que no sólo la tecnología cambió, sino también las conductas de la mayoría de los hombres y mujeres.

En efecto, los solos y solas de hoy en día cuentan con un amplísimo número de canales para encontrar parejas, los cuales les son cada vez más imprescindibles, pues todos estas personas parecen tener más timidez, menor tiempo para buscar pareja, una mayor desconfianza hacia los desconocidos, y soportar cada vez menos el riesgo al rechazo y la consecuente herida en nuestra autoestima.

Por esta razón, señalan los especialistas, los nuevos canales de comunicación para buscar pareja les vienen como anillo al dedo a un gran número de hombres y mujeres que anhelan por todos los medios el lograr una compañía –tanto estable como fugaz, del sexo opuesto o del mismo- pero desean asegurarse que también el otro lo esté haciendo (algo fácilmente comprobable por medio de estos canales, pero no con gente de lugares desconocidos) y sin invertir demasiado tiempo ni riesgo (físico o emocional) en hacer el trabajo que tiempo atrás se requería para lograrla.

Radio y televisión, los pioneros

Los pioneros en proponer este tipo de encuentros “no tradicionales” fueron los jefes de programación de radio y televisión, quienes pusieron al aire programas en donde se invitaba a personas, que previamente habían enviado un perfil de su personalidad, para presentarlos ante otros pares.

Pero hoy en día, estos programas se reprodujeron incesantemente, y actualmente, muchas emisoras radiales o televisivas cuentan con al menos una audición dentro de su grilla de programación destinada exclusivamente a presentar a quienes buscan pareja.

De hecho, según los responsables de estos programas, las llamadas que reciben por parte del público para participar en los mismos son cada vez más numerosas, aunque eso tiene el efecto adverso de que sólo logran ingresar una pequeña parte de los aspirantes.

La gran ayuda de Internet

Internet demostró ser el medio de comunicación ideal para conseguir pareja. Además de que su penetración es cada vez mayor, está el hecho concreto de que, a diferencia de la radio y la TV, el proceso de búsqueda por Internet es mucho más anónimo, con menos intermediarios, más simple y directo, y sobre todo, más abarcador.

En efecto, muchas personas que se conectan a diario a la Red, pueden hacerse unos pocos minutos libres para dejar su perfil y tipo de búsqueda en algunos de estos sitios web, para luego revisarlos a diario hasta encontrar a alguien con quien les resulte interesante intercambiar algunas fotos o e-mails.

En cualquiera de estos foros de sitios de internet, se pueden encontrar los y las más variadas candidatas, aunque los directores de contenidos señalan que los usuarios típicos, son hombres (65 por ciento contra el 35 por ciento de ellas), tienen títulos terciarios o universitarios (más de la mitad del total de inscriptos) y en su mayoría (tres cuartas partes) buscan parejas estables.

Estas personas son muchas veces jóvenes, con pocos prejuicios sobre la sexualidad y con bastante experiencia, que tuvieron en su vida más de una pareja sexual, y que no suelen tener mayores problemas en revelar su intimidad a través de la Red, por lo que no es raro la gran mayoría de estos espacios estén destinados al segmento más joven, es decir adolescentes y personas hasta 35 años.

Aún más

Aunque menos populares, también existen otras propuestas de encuentros entre solos y solas, que requieren efectuar cierto tipo de pago.

La primera, está también en sintonía con los actuales tiempos tecnológicos, y consiste en llamar a un “fonochat”, es decir un número telefónico que suele tener el costo de una llamada de larga distancia, mediante el cual se podrá entrar en contacto con un gran número de personas que llaman con el mismo objetivo.

Luego, se pueden encontrar los fast-dating un sistema creado hace cinco años por un rabino de la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, para que miembros de la comunidad judía pudieran conocer muchas personas en poco tiempo. Con el tiempo, este método se fue masificando y llegando a todo tipo de personas en ese país, Europa, y Latinoamérica.

El actual sistema consiste en una inscripción paga, luego de la cual la persona que busca pareja llena una ficha con algunos de sus atributos. Al cabo de un breve tiempo, este/a solicitante es llamado por los organizadores (junto a otros 19 del mismo sexo y 20 del sexo opuesto que por supuesto no conoce, pero que comparten su edad, gustos, e intereses expuestos en la ficha), a un lugar que suele ser algún bar de mucho nivel.

 Allí mantiene en privado encuentros individuales y confidenciales con las 20 personas del sexo opuesto en entrevistas personales que no se pueden extenderse de los diez minutos (según los responsables, ese es el tiempo justo para conocerse), luego de lo cual marcará en una ficha a las personas que más le interesaron.

Una vez que los organizadores reúnan las fichas, buscarán aquellas en donde hubo coincidencia y le pasarán el número de teléfono de la mujer al hombre, para que este la invite a una cita.

En suma

El hecho de que los amigos y familiares ya se hayan quedado sin candidatos para presentar, no parece ser en la actualidad un problema mayor. Tampoco el miedo o la timidez por enfrentarse a una persona desconocida con fines amorosos.

En este caso, la tecnología logra acortar todas estas brechas, aunque merece una reflexión que el hombre moderno necesite cada día una mayor parafernalia para poder encontrar algo tan natural como el amor.

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