Citas nocturnas
Es difícil de creer, pero algunos hombres todavía piensan que no se puede ir a una cita a no ser que el sol ya se haya ocultado.
Pero, para quienes en verdad están tratando de conocer a alguien para ver si una relación sentimental es posible, un picnic por la tarde, un paseo por la playa, parar para comprar algo que ella necesite, o un paseo dominical por una feria artesanal, es sin dudas una manera de compartir tiempo juntos mucho menos estresante.
Habla, escucha, y escucha de nuevo
A veces es bueno simplemente salir con una chica, bailar toda la noche con una banda ruidosa y divertirte. Pero hay que darse cuenta de que cuando son ustedes dos juntos, es muy probable que ella quiera hablar -si es que entablar una conversación es posible claro-. Muchos matrimonios se han derrumbado debido a que muchos hombres subestiman el deseo de una mujer de tener una conversación con el hombre que ama.
Esto no significa hablarle hasta el cansancio, a menudo se trata simplemente de escuchar lo que ella está diciendo y de responder dentro de la misma línea de pensamiento. Sin embargo, en este punto en dónde muchos hombres lo echan a perder, incluso con la ayuda de estas líneas.
Cuando los hombres hablamos entre nosotros, tendemos a hablar más sobre “cosas” que sobre “personas” o “emociones abstractas”.
La mejor fórmula es simplemente escuchar y mostrarse interesados en cómo los temas afectan a la gente y no tanto en cosas como los goles, el kilometraje, los intereses o las garantías.
Regalos
Si una mujer está interesada en ti, no es -ni debería de ser- por el tamaño o el costo de los regalos que le des. Sin embargo, no hay nada como un regalo de tanto en tanto para mantener esa destello brillando en sus ojos.
Existen dos tipos de mentalidades con respecto al hacer regalos: el camino correcto, y el camino costoso. Éste último implica simplemente el comprarle cosas que cuestan mucho dinero, creyendo que la respuesta de ella será: “¡Él se preocupa $250 por mi!”. No. Ésta no es la forma en que las mujeres piensan… excepto algunas mujeres, con las cuales es mejor no encontrarte.
La mentalidad “correcta” enfoca el tema de hacerle regalos a la persona amada con el siguiente pensamiento en mente: “Sin importar si es costoso o no, el regalo debe decir dos cosas: ‘Estuve pensando en ti’ y ‘Escuché lo que me estuviste diciendo la semana pasada’. Acostúmbrate al hábito de escuchar, nuevamente.
Si ella dice al pasar que ama, por ejemplo, a los osos, regístralo en tu cerebro como para que una semana o un mes después, cuando quieras regalarle una tarjeta, una pulsera, un peluche, cerámica o lo que sea, no llegues a casa con un póster de un gato sólo para toparte con una mirada confusa en su rostro.
Sé imprevisible con respecto al momento en que le haces un regalo, y no caigas en la rutina. Ella no debería saber que cada jueves es cuando le traes algo.
Un pequeño regalo hecho espontáneamente, otro dos semanas más tarde y luego otro al día siguiente. Deslízalo en su cartera cuando no esté mirando, átale globos a su auto mientras trabaja o está en su descanso para almorzar, envíales rosas a su trabajo en una caja, o sólo pídele que cierre los ojos y extienda sus manos.
El punto es que las cosas que ella dice sean importantes para ti y hayas estado pensando en ella, así que deja que los regalos expresen mas bien lo que sientes antes que cuánto has gastado.
No des nada por sentado
Cuando sabes que puedes contar con alguien, a menudo caes en el error de darlo por sentado. Cuando estás en una relación estable, procura tener la costumbre de pensar siempre en “sus necesidades/mis necesidades”.
Si se encuentran en tu casa viendo un video una noche, y la ventana está abierta y entra frío, no pienses “Bueno, si ella tiene frío, cerrará la ventana”. En ese momento es cuando tienes que hacer una de estas dos cosas: “Saber y Hacer” o “Preguntar”.
Si ya sabes que ella es friolenta, no le preguntes si quiere que cierres la ventana, sólo levántate y hazlo sin decir una palabra. Tal vez, incluso, puedes ir al armario y traer una frazada para taparla. Pero cualquier cosa que hagas, no la mires luego con esa expresión que dice estar esperando algo a cambio, simplemente hazlo.
Ahora bien, si no estás seguro si ella siente frío o no, pregúntaselo y ocúpate de ello. Si ambos han estado comiendo algo durante la película, una vez más, no le preguntes y ni la hagas sentir que te está incomodando…. simplemente levántate, ve por un refresco y llévaselo sin decir una palabra.
Suena simple, pero si ella es realmente la mujer que quieres que permanezca a tu lado, debes aprender a cuidar de sus necesidades tanto o más que de las tuyas.
“Entonces, ¿el hacer todo esto me garantiza que ella será buena y me amará por siempre?”, te puedes preguntar.
La respuesta es: tal vez sí, tal vez no.
Pero lo que seguramente sí hará es acostumbrarte a hacerlo para el momento en que aparezca la persona adecuada. La motivación detrás del hacer tales cosas no debe ser el encontrar una formula estímulo-respuesta para manipular a tu pareja.
La motivación debería ser el expresar que te importa esa persona lo suficiente como para cuidar de sus necesidades y encontrar felicidad en el simple acto de dar de ti mismo. Mucho de ello puede aplicarse al área de la intimidad también, dónde deberías estar más preocupado por satisfacer a tu pareja que a ti mismo.
Una buena oportunidad para mejorar tu vida sexual, es realizar un Taller de Sexualidad y Erotismo como el que puedes realizar gratis haciendo clic aquí.
También puedes encontrar otros cursos gratis que te ayudarán a mejorar tu sexualidad y tu relación de pareja en:
Sexo y comida: el Tantra del amor