“Salidas para adentro”, nueva forma de diversión femenina

Por diversas razones, son cada vez más las mujeres que eligen reunirse “puertas adentro”. En esta nota, las claves del fenómeno

La creciente sensación de inseguridad (económica,
física o respecto al futuro) que se vive en la mayoría de los países, tiene su
reflejo en todas y cada una de las prácticas de sus habitantes.

En consecuencia, el tipo de esparcimiento que se
lleva a cabo no podía quedar afuera de estas modificaciones, sobre todo por que
el entretenimiento es una actividad que requiere de un gasto, y no solo a nivel
económico.

Muchas mujeres, y no pocos hombres, están cambiando
cada vez más las salidas a las que estaban habituadas por reuniones caseras con
familiares y amigos, con lo que hoy en día parece ser más común ser invitada a
una reunión para ver un video o cocinar alguna comida que luego se degustará
entre charlas, antes que a una clásica salida a un bar, cine, o discoteca.

Como se dijo, estos cambios no sólo están motivados
por una eventual carencia económica. Sucede que si bien es un hecho concreto
que muchas mujeres debieron restringir sus salidas a causa de tener una menor
suma para gastar, no menos real es que muchas otras, a quienes la crisis no
llegó a tocar sus billeteras, debieron igualmente cercenar sus salidas
nocturnas a causa del miedo que les genera la delincuencia, la cual está
directamente relacionada en algunos casos con la difícil situación económica
que atraviesan sus respectivos países, y en otros casos por la amenaza del
terrorismo.

Los cambios llegaron incluso a las vestimentas,
pues muchas mujeres admiten que solo se animan a ponerse sus mejores prendas y
accesorios cuando asisten a una reunión hogareña, pues llevarlas afuera las
hace tentadores blancos para los delincuentes, e incluso les da un look
“insensible” frente a la penuria económica de otros transeúntes.

Pros y contras

Como todo cambio, este también tiene sus pros y sus
contras. Por empezar, como vimos, la mayoría de las mujeres logran una mayor
seguridad en sus salidas, así como también un mayor ahorro.

Por otro lado, si bien es cierto que estas mujeres
afirman divertirse mucho en estas actividades, también señalan que las mismas
les demandan más trabajo, pues si bien sus amigas las ayudan, sueñen tener que
hacerse cargo de la mayor parte de la labor cuando son ellas quienes reciben en
sus casas.

De todas maneras, muchas se sienten más cómodas y
relajadas en este tipo de ambientes, donde saben que pocos hombres las estarán
evaluando y analizando su imagen.

Pero de la misma forma, estas reuniones “puerta
adentro”, les quitan posibilidades de conseguir una nueva pareja, algo que
molesta bastante a aquellas que lo están intentando.

Con todo, son muchas las personas que señalan que
la práctica de las mujeres de reunirse en un hogar no tiene en realidad nada de
nuevo, y recuerdan el té de las cinco que tomaban nuestras abuelas, o las
visitas de fin de semana de nuestras madres, como un antecedente de algo que se
fue perdiendo, pero que hoy en día parece comenzar a recuperarse.