Técnicas para aprender a besar

Aprender a besar se vuelve a fácil cuando se conocen las técnicas correctas para lograr besos que las vuelvan locas




Ya sea como una gran y excitante experiencia o como una guerra mortal entre
lenguas, lo cierto es que casi todos recordamos nuestro primer beso francés. Y
con el tiempo, todos hemos aprendido que el beso francés, o beso de lengua, es
una experiencia muy
sensual y personal.

Dado que los labios son la zona erógena
número uno de la mujer, es muy importante que todo hombre sobre la corteza
terrestre (e incluso en el espacio) sepa dejar una impresión duradera y erotizante al besar a una mujer. Recuerda que si tu beso francés es el mejor que
ella ha recibido, muy posiblemente pronto te encuentres besando otras partes de
su cuerpo.


La habilidad de besar no consiste simplemente en saber cómo maniobrar la lengua
dentro de la boca de una mujer sin extraer sus amígdalas, sino que también
involucra un manejo de la boca entera (labios, lengua, dientes, y por qué no el
resto del cuerpo).


Una mano para la señorita


Posicionar tus manos sobre su cuerpo mientras estás besándola es algo de gran
importancia. Sostener su rostro con firmeza pero suavemente mientras deslizas tu
lengua dentro de su boca y chupas sus labios hará que su piel se erice en pocos
segundos.

Asimismo, echar para atrás su cabello o acariciar con la punta de tus
dedos esa parte de su cuerpo que está bajo los pechos (las costillas) podrían
ser formas de sazonar y dar enorme vitalidad a tu sesión de besos.


Presta atención al besar



Dado que besar a tu pareja posiblemente sea una de las partes más importantes
del proceso amatorio, a continuación te vamos a ofrecer un secreto que hará que
tu novia quiera recibir tus besos franceses de por vida. Es realmente muy
sencillo.

Dado que las personas solemos dar lo que nos gusta recibir, presta
atención a su forma de besar. Tal vez, así es como ella quiere que la beses.
¿Ella te muerde los labios o envuelve tu lengua con sus labios y succiona tu
saliva? Pues bien, no hay nada mejor que ofrecerle el regalo de la reciprocidad.


Controla su boca


La próxima vez que te encuentres besándola, sostén su cara con tus manos y
bésala en la forma que quisieras ser besado. Si el hecho de que estés asumiendo
el control no la enciende, entonces tu lengua sensual de seguro conseguirá
hacerlo.


Juega un pequeño juego


Dile que besarla te pone realmente caliente, y sugiérele un cambio de roles, en
el que ella te bese como tú lo haces porque quieres saber cómo se siente. Seguro
que ella estará más que feliz de acceder a tu pedido.


Hazlo durar


No hay nada sobre la superficie de la tierra que pueda vencer a esos besos
largos, húmedos, lentos, y sugerentes. Puedes apostar a que tu mujer querrá
sentir tu pasión a través de uno de esas sesiones de besos largas y suculentas.
Bésala fuerte y profundo.


Todo tiene que ver con la técnica


·

Chupa su lengua: convierte tu boca en una suave máquina de succión y aplica su
nueva funcionalidad sobre su lengua. Si quieres, puedes chupar su lengua
imitando la forma en que succionarías su clítoris. Ella se encenderá casi en
forma instantánea y, si quieres, puedes permitirle que te succione uno de tus
dedos a modo de devolución del favor.


·

Explora sus labios con tu lengua: sé creativo y recorre con tu lengua su labio
superior y su labio inferior en forma lenta y excitante. Una vez que los hayas
lubricado adecuadamente con saliva, mueve tus labios alrededor de los suyos y
explora esa zona sensible que bordea sus labios.


·

Succiona sus labios: si recorrer tus labios te dejó ansioso y con gana de más,
ahora puedes comenzar a chupárselos. Hazlo de a uno por vez, pues nadie se
sentirá a gusto sintiendo que a puesto su boca en el caño de una aspiradora
encendida.

Ten cuidado cuando estés succionando sus labios; no lo hagas
demasiado fuerte o podrías hacerle un chupón y, desde luego, todavía se está
buscando en el mundo entero a una mujer que le guste esto.


·

Ve más allá de su boca: no seas tímido, no estás obligado a besarla únicamente
en los labios. De hecho, tienes todo el resto de la cara y su bonito cuerpo para
explorar. ¿Por qué no llenar de besos franceses su mentón, su cuello, y sus…
pechos?

O besa sus ojos, el espacio detrás de sus orejas o sus muñecas. De
verdad vas a sorprenderte con los resultados positivos que una pizca de
creatividad pueden producir. Todo lo que realmente necesitas es el deseo y la
osadía de probar lo que sea.


Si nunca antes te han halagado por tus besos, ahora tienes toda la teoría para
convertirte en un besador profesional.

 Y con este secreto tendrás el posgrado:
si te alejas de una mujer ni bien terminas de besarla, y ella permanece con los
ojos cerrados por un instante más, estás ante una señal clara de que ha
disfrutado el beso enormemente, y, en consecuencia, de que tienes buenas
posibilidades de darle un beso más.

Para aprender
cómo acercarte y seducir a una mujer, te recomendamos el libro "Cómo convertirte en un macho
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