El REIKI actúa
a través de un practicante o de un maestro de REIKI,
que se ha iniciado en la práctica y ha recibido una sintonización o empoderamiento. La persona que imparte REIKI a
otra persona para armonizarla ha aprendido la técnica de imposición de las
manos, transitando un primer y segundo nivel de enseñanza.
También esa persona se ha armonizado a sí misma. Y recién en poder del
conocimiento, la práctica y la armonización natural en su propia persona, estará
en condiciones de armonizar a otro ser viviente, de desbloquearle los centros
energéticos para que la energía fluya y de manera natural se pueda llevar a cabo
el proceso de sanación.
Una persona que no se realiza un autotratamiento o una autoarmonización que le
permita purificarse a sí misma no estará en condiciones de tratar a otro ser
viviente, porque aunque no se lo proponga puede llegar a transmitirle alguna
energía negativa.
Sin duda la práctica del REIKI hoy
día está arraigada en Occidente, con algunas adaptaciones que no han modificado
su verdadera esencia. Suele practicarse enviando la energía a los principales chakras o
centros de energía del cuerpo, con la anuencia del paciente o receptor y por
contacto suave de la palma de las manos o también sin contacto directo de las
manos. La estimulación y el desbloqueo de los chakras o
centros energéticos generan la restauración del flujo de energía, que conducirá
a un estado de relajación profunda y de bienestar interior.
El REIKI es
energía vital universal que logra armonizar a las personas, sean de las etnias
que sean. Considera a las personas como un todo integral, donde se producen los
desequilibrios y repercuten en el alma y en el cuerpo, o en el cuerpo y en el
alma. En uno mismo se puede encontrar el poder de la autocuración, para
beneficio propio primero y, si se quiere, después el poder curativo se puede
utilizar para ayudar a los demás.
Se sabe, ninguna persona que está imposibilitada de ayudarse a sí misma puede
brindar ayuda a otro. Primero debe sanarse a sí misma, encontrar su propia
armonización y paz interior. Luego, estará en condiciones de ofrecer su ayuda a
otros seres vivientes. Y conseguirá que otros seres vivientes a su vez puedan
aprovechar y beneficiarse con esa ayuda.
Recordemos que el ser humano debería ser siempre pura energía. Los seres vivos
poseen KI en
sí mismos, aunque muchos no aprenden a aprovechar esa fuerza vital. Y cuando el
flujo vital queda interrumpido, los centros energéticos del cuerpo permanecen
bloqueados. La energía disminuida provoca que las defensas bajen y se enfermen,
tanto el cuerpo como la mente. Si con la ayuda del REIKI la
energía se desbloquea logra transformarse en positiva.
Hay muchas personas que dicen tener poderes para sanar ¿eso tiene que ver con el reiki?
No todas las personas que dicen tener poderes para sanar se valen del REIKI.
Reiteramos la siguiente aseveración porque es muy importante tenerla en cuenta:
Un practicante de REIKI que va a ayudar a otro ser viviente a su sanación tiene
que haber recibido instrucción para ello y haber sido sintonizado por un maestro
de REIKI.
No sería adecuado decir que ha adquirido poderes para sanar, tal como está
formulada la pregunta, sino más bien que puede concentrar la energía universal
sanadora que viene desde un poder supremo y transmitirla a otro ser viviente. A
la vez, puede desobstruir sus propios canales energéticos y los de otro ser
viviente que se encuentren atrofiados, para que la energía vital universal
fluya, circule y lleve a cabo su trabajo restaurador y sanador.
Un practicante de REIKI puede
tratar a otro ser viviente. Siempre el ser humano es energía en sí mismo.
Asimismo, puede y debe realizarse tratamientos a sí mismo, lo que serían
tratamientos a sí mismo para mantenerse equilibrado física y espiritualmente.
Por Alejandra Mansilla, Maestro
Reiki, Especialista en
Terapias Alternativas y autora del "Curso
Maestro Reiki", que enseña
cómo curar
cuerpo, mente y espíritu con las manos