No existe una edad determinada en la que alguien pierda la capacidad de ser autonómo, pero existen señales que debemos atender. Veamos cuáles son para saber cuál es el momento de intervenir.

Científicamente,
todos empiezan a envejecer pasados los 30 años. Pero, por lo general, solo tomamos
conciencia sino cuando aparecen dificultades para realizar las actividades
diarias.

Entonces ¿cuándo deberíamos empezar a preocuparnos por el envejecimiento de
nuestros padres o personas mayores que tengamos a nuestro cuidado?

Apuntando
hacia las habilidades de la persona, debemos hacer cuidadosas observaciones en
el estilo de vida diario.
Si usted observa un significativo número de estas pautas consulte a un
especialista.

  • En el estado físico


recientes problemas de salud


serios efectos colaterales de las medicaciones


pérdida de visión o audición


repetidas caídas (golpes o magulladuras en brazos y
piernas pueden ser un indicador)


negligencia en la higiene


incontinencia

  • En el área cognitiva o de la
    orientación


fallas en la memoria


deterioro del pensamiento


deterioro de la comunicación (verbal o escrita)


desconocimiento hacia una persona, lugar o tiempo


desorientación temporal

  • En el comportamiento


agresividad o comportamiento abusivo


aislamiento


pérdida de interés en actividades que anteriormente
disfrutaba


apariencia negligente o de falta de cuidado


letargo o apatía


cualquier otro cambio drástico en su rutina

  • En el área financiera


falta de pago a término de las cuentas


incapacidad para llevar la agenda


incapacidad para llevar la cuenta de lo gastado

  • En la vida diaria


problemas para hacer las compras


dificultad para cocinar, comer o utilizar los
utensilios en forma segura


infrecuente o pobre limpieza del hogar


dificultad para bañarse


movilidad disminuida


necesidad de ayuda para vestirse


imposibilidad de conducir un auto o utilizar el
transporte público en forma segura